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Reflexionando sobre la conservación de los suelos

Conoce algunas buenas prácticas para cuidar el suelo y evitar mayores daños a la naturaleza

31 mayo, 2024
Reflexionemos sobre Buenas prácticas para la conservación del suelo.
Reflexionemos sobre Buenas prácticas para la conservación del suelo.

¿Qué es el suelo?

Según la (FAO, 2022) el suelo está compuesto por minerales, materia orgánica, diminutos organismos vegetales y animales, aire y agua. Es una capa delgada que se ha formado muy lentamente, a través de los siglos, con la desintegración de las rocas superficiales por la acción del agua, los cambios de temperatura y el viento.

Las plantas y animales que crecen mueren dentro y sobre el suelo son descompuestos por los microorganismos, siendo transformados después en materia orgánica y mezclados con el suelo.

Dicho de otra manera, los suelos se forman por la destrucción de la roca y la acumulación de materiales distintos a lo largo de los siglos, en un proceso que involucra numerosas variantes físicas, químicas y biológicas, que da como resultado una disposición en capas bien diferenciadas (Universidad de la Plata, 2021).

Tomemos acciones para la conservación del suelo
Tomemos acciones para la conservación del suelo

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La gran importancia de los suelos

Los suelos son una parte fundamental en el equilibrio de los ecosistemas: funciona como filtro y amortiguador al retener sustancias, protege las aguas subterráneas y superficiales contra la penetración de agentes nocivos.

También transforma compuestos orgánicos descomponiéndolos o modificando su estructura consiguiendo la mineralización. Además, proporciona materias primas renovables y no renovables de utilidad para el ser humano (Semarnat, 2015).

El 95% de nuestros alimentos proviene del suelo. Nuestros suelos son la base de la agricultura y el medio en el que crecen casi todas las plantas productoras de alimentos. Si están saludables, producen cultivos sanos que a su vez nutren a las personas y los animales (ONU, 2018).

Animales y microorganismos del suelo
Animales y microorganismos del suelo

La biodiversidad subterránea es vital para los suelos saludables de los que depende nuestra alimentación. Aproximadamente 360.000 especies de animales viven en el suelo, una cuarta parte de todas las especies vivas descritas en el planeta, aunque la mayoría de ellas siguen siendo desconocidas (European Commission, 2010).

Uno de los grandes beneficios de los suelos es la cantidad de dióxido de carbono que pueden retener. Si el CO2 y otros gases del suelo se emitieran a la atmósfera, el cambio climático se aceleraría muchísimo.

El no conservar los suelos podría llevar a problemas económicos y sociales, como generación de conflictos por el agua, pobreza, disminución de recursos esenciales, baja producción agrícola, hambre, marginación o emigración obligada (Ecología verde, 2017).

Conservación del suelo

La humanidad desde el inicio de su existencia siempre ha dependido de la calidad del suelo y de esto depende nuestra alimentación y otras necesidades. Nuestras actividades causan cambios en la naturaleza que afectan a los suelos de manera directa (erosión o contaminación) o indirecta.

Como la deforestación que incrementa el escurrimiento de agua en el suelo, provocando erosión; o la acumulación de los gases de efecto invernadero que provoca que se descongele el permafrost, la capa subterránea del hielo que se ha mantenido durante años en lugares como Alaska, Canadá, Siberia y las altas montañas en México (INECOL, 2022).

La contaminación del suelo puede interrumpir el delicado equilibrio de las interacciones entre los químicos y las formas de vida bajo tierra. Muchísimos seres vivos se ven afectados por su degradación, porque el suelo es crucial para la vida en la Tierra.

La mayoría de los contaminantes provienen de desechos urbanos no tratados y de actividades humanas como las prácticas agrícolas insostenibles, la industria, la minería y otras (ONU, 2018).

El ritmo actual de degradación que sufren los suelos amenaza la capacidad de este recurso para satisfacer las necesidades de las futuras generaciones. La salud del suelo es necesaria para que tengamos alimentos y para que los bosques, selvas, manglares y zonas áridas nos proporcionen sus bienes y servicios (Semarnat, 2015).

Buenas prácticas para cuidar el suelo

Son muchos los beneficios y la importancia del suelo para los humanos y la vida en el planeta, el suelo se forma en un tiempo mucho más largo que la vida humana, y por esa razón si lo dañamos, para nosotros ya no es renovable.

  • Necesitamos cuidar los suelos y restaurar los daños que nuestras actividades les han causado. Nuestro futuro depende de ello.
  • Debemos de invertir en fondos mundiales para la restauración del suelo, cambiar a prácticas agrícolas y ganaderas sustentables para que sean amigables con el suelo y el medio ambiente.
  • Buscar reducir los daños al suelo en la industria, minería y otras actividades productivas, ya sea cambiando químicos por productos naturales, poniendo fuertes multas por contaminar, etc.
  • Optar por las energías renovables ya que tenemos poco tiempo para lograr que esto cambie de lo contrario será irreversible.

En México la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural ha integrado acciones enfocadas en sensibilizar y concientizar a la sociedad sobre la importancia y relación del suelo y agua para lograr sistemas agroalimentarios sostenibles y resilientes.

Además, se elaboró un anteproyecto de Iniciativa de Ley General de Suelos Agropecuarios, para involucrar a la sociedad en acciones direccionadas a restaurar y conservar los suelos agropecuarios, mediante un manejo integral.

México contribuye a los esfuerzos globales y regionales hacia el manejo sostenible y restauración de los suelos agrícolas, por medio de la colaboración y sinergias.

En 2021, implementó el Programa Doctores de los Suelos, junto con la Universidad Nacional Autónoma de México (Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, 2023).


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