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¿Sabías que la cava más grande de Latinoamérica se encuentra en la CDMX?

En la cava, se encuentra una amplia selección de los mejores vinos de todo el mundo, desde Australia, Sudáfrica, Nueva Zelanda y China, hasta Eslovenia, Israel, Hungría, Canadá y Uruguay, etc

22 marzo, 2024
Kenia Meza
Colaboración especial de Darlén Frómeta Sierra
Conoce los vinos del restaurante The Palm en CDMX. Foto FB oficial
Conoce los vinos del restaurante The Palm en CDMX. Foto FB oficial

En mi última visita al Hotel Presidente, situado en la exclusiva zona de Polanco, en la Ciudad de México, experimenté una fascinante aventura enológica. Durante mi cena en el Restaurante “The Palm”, uno de los sommeliers me ofreció la oportunidad única de explorar la cava de vinos más grande de toda Latinoamérica.

Situada bajo los elegantes pasillos del hotel, esta cava se erige como el corazón vinícola del establecimiento, abasteciendo a todos sus restaurantes con una selección exquisita de 50.000 vinos, aunque además de las 2.200 etiquetas están las más prestigiosas de las 10.000 variedades de vino clasificadas en el planeta.

Su acceso es un secreto bien guardado, requiriendo pasar a través de al menos cuatro puertas que conducen a una atmósfera progresivamente más fría y misteriosa.

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Al adentrarme en este santuario del vino, quedé asombrada por la vasta colección de etiquetas cuidadosamente alineadas en estanterías de madera oscura. Desde los vinos más finos y caros. Como lo es el Domaine de la Romanée, proviene de la variedad de uva pinot noir y son de Borgoña, Francia.

Una botella de este vino cuesta aproximadamente $650,000 pesos mexicanos. 

En la cava, se encuentra una amplia selección de los mejores vinos de todo el mundo, desde Australia, Sudáfrica, Nueva Zelanda y China, hasta Eslovenia, Israel, Hungría, Canadá y Uruguay, etc. 

El sommelier, con su profundo conocimiento y pasión por el vino, guio mi recorrido, compartiendo historias detrás de algunas de las botellas más destacadas y ofreciendo sugerencias expertas para maridajes y degustaciones personalizadas.

Al salir de la cava, me sentí enriquecida no sólo por la experiencia sensorial de explorar este tesoro vinícola, sino también por la conexión más profunda que existe entre cultura y la pasión que rodea al mundo del vino. Sin duda es una experiencia que recomiendo a cualquier amante del vino.

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