El evento no solo refleja el interés del público en conocer las propuestas, también subraya la importancia de las próximas elecciones
Por: Kenia Meza
El pasado domingo 7 de abril, el Primer Debate Presidencial captó la atención de más de 11.8 millones de espectadores, según informó el Instituto Nacional Electoral (INE).
El evento, celebrado en la oficina central del INE en la Ciudad de México, registró un aumento significativo en la audiencia en comparación con el debate anterior en 2018, superando en 400 mil espectadores.
Además de la transmisión televisiva, el debate también alcanzó una audiencia en línea considerable, con 1.6 millones de visualizaciones en YouTube y cifras destacadas en otras plataformas como X (antes Twitter) y Facebook.
Un aspecto notable de este debate fue la inclusión de traducciones simultáneas a lenguas indígenas, marcando un hito importante en la democratización del acceso a la información.
- Se registraron más de 15,000 visualizaciones en idioma Maya,
- más de 22,000 en Náhuatl y
- más de 40,000 en Tsotsil.
- Además, se contabilizaron más de 200,000 visualizaciones en lengua de señas mexicanas.
El evento no solo refleja el interés del público en conocer las propuestas de los candidatos presidenciales, como Claudia Sheinbaum de Morena, Xóchitl Gálvez de la alianza Fuerza y Corazón por México, y Jorge Álvarez Máynez de Movimiento Ciudadano, sino que también subraya la importancia de las próximas elecciones del 2 de junio.
Durante el debate, los candidatos presentaron sus planes para abordar temas clave como la salud, la educación, la corrupción y la violencia.
Sheinbaum destacó su trayectoria como jefa de Gobierno de la Ciudad de México, prometiendo expandir las políticas exitosas a nivel nacional. En ese sentido, Gálvez criticó las políticas de Sheinbaum y propuso un enfoque diferente para abordar la violencia y promover la salud y la educación.
Por su parte, Álvarez Máynez se presentó como una alternativa a los partidos principales, ofreciendo una visión diferente para el país. Los tres candidatos también discutieron planes para combatir la discriminación y mejorar las condiciones de vida de los grupos vulnerables.
En resumen, el Primer Debate Presidencial no solo atrajo a una audiencia significativa, sino que también ofreció a los espectadores una visión clara de las propuestas y enfoques de los candidatos, estableciendo el tono para una campaña electoral que promete ser crucial para el futuro de México.