La preparación adecuada nos brinda una base sólida para enfrentar los desafíos y superar las adversidades.
Por: Kenia Meza
En la búsqueda de nuestros objetivos, a menudo nos encontramos con la sabia recomendación de intentarlo una y otra vez hasta lograrlo. Sin embargo, es igualmente crucial reconocer que en ciertos aspectos de la vida, las segundas oportunidades no siempre están garantizadas.
Esta reflexión nos lleva a considerar la importancia de prepararnos adecuadamente y hacer las cosas bien desde el principio.
Cuando abordamos una tarea, un proyecto o una meta, el impulso inicial puede ser simplemente intentarlo y ver qué sucede. Sin embargo, esta mentalidad puede llevarnos a subestimar la importancia de una preparación sólida.
Como señala Malcolm Gladwell en su libro "Outliers", el dominio de una habilidad requiere aproximadamente 10,000 horas de práctica deliberada (Gladwell, 2008). Esto resalta la necesidad de dedicar tiempo y esfuerzo a perfeccionar nuestras habilidades antes de lanzarnos a la acción.
Además, la realidad es que en muchos casos, las segundas oportunidades son escasas o inexistentes. En el ámbito profesional, un mal primer intento puede llevar a la pérdida de oportunidades laborales o a dañar nuestra reputación.
En las relaciones interpersonales, un error puede causar daños irreparables. Por lo tanto, es esencial reconocer la importancia de hacer las cosas bien desde el principio y no depender exclusivamente de segundas oportunidades.
¿Qué es el valor de la preparación?
La preparación adecuada también nos brinda una base sólida para enfrentar los desafíos y superar las adversidades. Al estar bien preparados, estamos mejor equipados para anticipar y manejar obstáculos, lo que aumenta nuestras posibilidades de éxito en el primer intento.
Como dice el proverbio chino: "La mejor época para plantar un árbol fue hace veinte años. La segunda mejor época es ahora".
Con ello no queremos decir que "equivocarse está mal"; de los errores de aprende y es gracias a la "práctica" que las personas podemos mejorar constantemente.
En resumen, si bien es valioso intentarlo y perseverar en la búsqueda de nuestros objetivos, también es esencial reconocer la importancia de prepararnos adecuadamente y hacer las cosas bien desde el principio.
Al adoptar esta mentalidad de preparación y excelencia, aumentamos nuestras posibilidades de éxito y nos posicionamos para aprovechar al máximo las oportunidades que se nos presentan en la vida.