El trovador endulza los viajes urbanos con boleros clásicos y transforma cada trayecto en una experiencia musical inolvidable en Culiacán
Por: Juan Madrigal
Culiacán, Sinaloa.- Cantar en los camiones urbanos de la capital sinaloense es un arte para un hombre de 69 años que despierta la nostalgia y el placer auditivo de quienes comparten el viaje con él.
Con su guitarra en mano y su voz melodiosa, Rogelio Payán transforma los simples trayectos en experiencias musicales que en ocasiones calan hondo en el alma de los pasajeros.
Gran pasión por la música
Por más de cuarenta años, Rogelio ha entregado una parte significativa de su vida a su gran amor: la música. "La música es mi pasión, desde que era niño me gusta cantar", manifestó a Tus Buenas Noticias el admirable músico.
Roy, como lo conocen en el ambiente artístico, nació en Chihuahua, pero fue criado en Culiacán desde los cinco años. "Aquí, en Culiacán, me forjé como músico. A los 20 años, decidí probar suerte en la Ciudad de México", compartió el músico, quien reveló con orgullo haber dejado su huella en la industria musical con la producción de dos discos.
Durante su tiempo en la Ciudad de México, el veterano músico compartió escenarios de renombre y se integró a una prestigiosa orquesta, alcanzando el privilegio de acompañar a destacados artistas.
"Tuve el honor de abrir algunos shows de figuras como Julio Alemán", confesó con una sonrisa de satisfacción. Además, añade con modestia: "Incluso tuve la oportunidad de participar en algunas películas cómicas con roles secundarios".
A medida que el tiempo avanzaba, Rogelio sintió un llamado interior que lo alejó del tumulto del mundo del espectáculo hacia una búsqueda espiritual más profunda.
Prefirió encontrar su verdadero yo en la calma de los acordes y las letras, dejando atrás el resplandor de las luces. Hace más de una década, en la ciudad de Tijuana, tomó la valiente decisión de adoptar un estilo de vida más sereno, sin renunciar a su pasión por la música.
Nuevo capítulo en su vida
Roy compartió que hace unos años tomó la decisión de regresar a la ciudad que marcó su infancia y adolescencia, Culiacán. Fue entonces cuando decidió dedicar cuatro horas diarias a llevar su arte a los camiones de transporte urbano.
“Para poder servir a la congregación se necesita tiempo. Me siento libre el cantar en los camiones. Trabajo cuatro horas diarias ya sea de mañana o tarde. Agradezco la generosidad de la gente, quienes me apoyan con una moneda o me brindan una sonrisa”, manifestó el carismático músico.
Con su característica elegancia y siempre bien acompañado de su fiel amiga (guitarra), aborda el transporte público como cualquier otro pasajero. Con cortesía, solicita permiso al chofer para compartir su repertorio musical con los demás viajeros.
No necesita presentación para captar la atención de los presentes. Con clásicos boleros como: “Contigo a la Distancia”, “Sabor a mí”, “Contigo Aprendí” entre otros, transporta a sus oyentes a épocas pasadas donde las melodías eran el bálsamo del alma. La aceptación es inmediata, y Rogelio se convierte en el centro de atención en cada trayecto.
Conexión humana
A pesar de haber tocado junto a grandes artistas y haber participado en la escena musical de renombre, Rogelio indicó que encuentra su mayor satisfacción en el simple acto de cantar para quienes comparten su viaje en los camiones urbanos. No busca la fama ni el reconocimiento, sino la conexión humana a través de la música.
Para Rogelio, cantar en los camiones es más que una actividad, es una expresión de libertad y un servicio espiritual. Aunque reconoce que pudo haber alcanzado una carrera más amplia en el mundo musical, no cambiaría el rumbo que tomó. La música, ahora, es su compañera fiel en el viaje de la vida.
Así, cada día, Roy Payán lleva consigo el legado de la música del pasado, regalando momentos muy especiales a los pasajeros de Culiacán, quienes, por un breve instante, pueden olvidar las preocupaciones del día a día y sumergirse en la melodía de una serenata en movimiento.
En Culiacán con Roy en la voz, en los camiones viaja la alegría contigo a la distancia.