Los bollitos del Bar del Tío Pepe en el Centro de Culiacán son una delicia para el corazón

Culiacán: Un viaje sensorial con los bollitos del Tío Pepe

Por: Jacqueline Sánchez Osuna

En el corazón de Culiacán, justo por la Miguel Hidalgo en el segundo cuadro de la ciudad se encuentra el Bar del Tío Pepe.

Fundado hace seis décadas por José Luis Cisneros, un emprendedor de Los Altos de Jalisco que llegó en busca de oportunidades, este establecimiento ha sido testigo de incontables historias que van y vienen con el paso de los años y el cariño de la gente.

Un legado familiar

"Mi abuelo, José Luis Cisneros, un hombre trabajador y con un espíritu emprendedor, inició este legado", relata Jorge Cisneros con orgullo, mientras trae a la mente los recuerdos de aquellos días en compañía de su abuelo. "Desde entonces, nuestra familia ha mantenido viva la esencia de su visión", reconoce con honra.

El Bar del Tío Pepe, primero fue conocido como La Playita, y desde siempre ha sido un restaurante en el corazón de Culiacán.

Inicialmente ubicado frente al Mercado Garmendia, cautivaba a los transeúntes con sus tortas, cervezas heladas y un ambiente que hacía sentir a cada cliente como en casa.

Sin embargo, fue con el traslado a su ubicación actual, hace ya cinco décadas, que el aroma de los bollitos se convirtió en un símbolo inconfundible de este rincón de la ciudad.

Pasión culinaria

La pasión culinaria del señor José Luis Cisneros, un auténtico amante de la cocina, dio vida a los bollitos, una receta de tradición familiar que ha sido transmitida de generación en generación.

"Mi abuelo amaba la cocina, y en cada bocado de nuestros bollitos se puede saborear su legado", comparte Jorge con una sonrisa nostálgica. "Es una tradición que trasciende el tiempo, evocando la esencia misma de Culiacán en sus mejores años".

Desde las 9:00 de la mañana hasta las 7:00 de la tarde, los bollitos del Tío Pepe esperan a sus clientes, quienes acuden en busca de más que solo un delicioso postre: buscan revivir la nostalgia de décadas pasadas, recordando el aroma que impregna las calles del Centro y transporta al pasado.

Es un viaje sensorial donde lo visual, lo auditivo y, sobre todo, lo olfativo, se entrelazan para tejer memorias inolvidables. Cuando los padres caminaban de la mano de sus hijos por las calles de la ciudad.

Una tradición

"El Bar del Tío Pepe es más que un negocio; es un lugar que evoca tradición culinaria de Culiacán", afirma Jorge con convicción. "Aquí, cada bocado de nuestros bollitos cuenta una historia, una historia de trabajo arduo, amor por la cocina y el deseo de compartir una parte de nuestra cultura con el mundo".

Así que, si alguna vez paseas por el centro de Culiacán y el aroma de los bollitos te seduce, no dudes en seguir tu olfato hasta El Bar del Tío Pepe, donde te espera una experiencia gastronómica que trasciende el tiempo.

Así, los bollitos del Tío Pepe son una delicia no solo para el paladar, sino para el corazón.