Ser cultora de belleza la cambió su vida, desde el mercadito de Villa Juárez transforma los rostros de residentes y migrantes
Por: Juan Francisco Sotomayor
Villa Juárez es próspero para todos los negocios. Martha Pérez Márquez es cultora de belleza. Con su estética hace arte resaltando la belleza de Villajuarences. Desde el interior del mercadito desarrolla su vocación mercantil que heredó de su padre para una mejor apariencia y presentación de sus clientes.
Martha es hija de Luciano Pérez y Teodora Márquez, originarios de Francisco I. Madero, Durango, donde nació, al igual que sus hermanos, pero sus padres siendo comerciantes encontraron en VillaJuárez, Navolato el mejor lugar par vivir.
Es una comunidad con miles de migrantes que llegan como trabajadores del campo, y que luego de su esfuerzo diario tienen dinero cada fin de semana.
Por muchos años su papá fue responsable de la tienda rural Conasupo, y antes fue de los fundadores del mercado de Villa Juárez. Ahí todos aprendieron el oficio de comerciante, por eso cuando Martha se decidió a estudiar cultora de belleza ya sabía como atender a los clientes.
Cambió la enfermería por la belleza
A Martha no le gustaba la belleza, le gustaba la enfermería, pero no se dieron las formas, y tras una ruptura familiar se vio necesitada de hacer un replanteamiento de su vida.
Y es así como ya de grande decide estudiar cultora de belleza. Un oficio que le encantó y donde encontró la respuesta económica para su familia.
Comenta para Tus Buenas Noticias que le gustó el punto del mercado para poner su sala de belleza porque además de los locales comerciales está la central camionera, y eso le da mucho dinamismo al sitio.
Desde las 9:00 de la mañana abre su cortina par atender a sus clientes, y no para hasta las 7:30 pm o cuando se va el último cliente.
Su salón de belleza siempre es una algarabía, sus clientes hacen de la espera un lugar armónico para conversar de sus temas. Aquí uno nunca se aburre, comenta Martha entre risas.
Por estar ya bien acreditada tiene trabajo todo el año, pero cuando más utilidad registra es cuando está lo más intenso de la temporada hortícola, desde noviembre a marzo, que es cuando hay más migrantes.
Para ella los trabajadores del campo y de los empaques representan la vida económica de los negocios.
“Cada año los esperamos con mucho esmero. Y cada vez que se van se deprime el pueblo. Son los que mueven la mano de obra del campo. Son muy importantes. Cada año los esperamos, son gente buena, buenos clientes, porque son muy constantes se cortan en cabello seguido”.
Martha Pérez Márquez atiende mayormente los trabajos difíciles: decoloración, colorimetría, cortes, planchado, maquillaje. Y tiene 5 empleadas que le ayudan a atender a los clientes, 2 para el turno matutino y dos para el turno vespertino, y le ayuda su hija Jazibe desde que tenía 13 años.
Tiene además otra sucursal por la calle 50, junto a la Cruz Roja, para cubrir a todo público.
En su salón de belleza vende también artículos
En su salón de belleza vende toda clase de productos y accesorios para belleza, entre ellos; NBC para el cabello, productos Paul Michel de cuidados para el cabello, Abyna, y productos económicos para todos los bolsillos. La buscan mucho por los tintes, debido a su habilidad para aplicarlos.
El fuerte olor a solventes ya no le impacta, todo el día tiene clientes en turno para una transformación positiva con un mejor rostro para las mejores ocasiones.
Se siente muy orgullosa de ser empresaria, porque gracias a ese negocio pudo darles educación profesional a sus 4 hijos: Jazibe, Kareli, Edwin, y Mia Guadalupe, la más pequeña de 17 años.
Con este mismo negocio dice ya haber cumplido sus sueños, porque además de atender la crianza de su familia, ha tenido la oportunidad de viajar a distintos destinos nacionales para capacitación y de placer
“Es muy bonito el trabajo de la belleza. Hasta que muera voy a seguir con el negocio, ya vienen otras generaciones, y mis hijas ya están también en esto".
Para Martha la vida está en Villa Juárez:
“aquí se vive muy a gusto, tiene muy mala referencia, pero si uno no se mete con nadie se vive bien”, dice convencida de su entorno.
Basada en su experiencia, a los jóvenes de Villa Juárez les aconseja:
“Que no se vayan por el lado fácil. Todo eso de drogas, porque por el lado fácil no lleva a nada bueno. Es bonito trabajar y gastar dinero. No andas con miedo y lo disfrutas todo”
Para Martha el día más bonito e intenso es el domingo, porque es cuando hay más trabajo. Se siente muy agradecida de los villajuarences por el afecto compartido, y aconseja a las personas poner algún emprendimiento para asegurar su economía.
En cada temporada hortícola cientos de trabajadores migrantes encuentran en el “Salón de belleza Martha” una ocasión para mejorar la apariencia personal. Es que con su dedicación y alegría Martha hace arte resaltando la belleza de los villajuarences. Con sus tijeras, tintes y maquillajes al entrar al mercado encuentras salida con toques de transformación.