Mareli Vázquez: Buscando dar calidad de vida en Estado de México

Un enfoque de la medicina que promueve la vida a través de la historia de alguien que siempre supo lo que quería ser.

Por: Kenia Meza

Tenía nueve años y era de madrugada. Su tío la despertó y le preguntó si de verdad quería ser doctora. Ella le respondió que sí. Él le dijo que se levantara y que le ayudara con el parto de una paciente. Ahí fue cuando Mareli confirmó lo que siempre supo, que ella quería ser médica. 

Desde que tiene uso de razón quiso serlo, desde pequeña jugaba a ser doctora. Su abuelo y su tío lo eran, este último la llevaba a la facultad y a sus prácticas. Fue en una de las visitas que le hicieron durante su año de servicio social cuando la despertaron temprano y la pusieron a prueba, platicó durante la entrevista.

Mareli se tituló como Médico Cirujano de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Unidad Xochimilco, realizó su internado en San Luis Potosí e hizo su servicio social en Nanacatlán a, Puebla, en un proyecto alterno que la universidad tenía con la comunidad de Cuetzalan, en el mismo estado. 

El Examen Nacional de Aspirantes a Residencias Médicas (ENARM) es una prueba que se realiza cada año en el país para la especialización médica. Es un examen complicado al que aplican miles de aspirantes cada año. En su primer intento, Mareli no alcanzó el puntaje necesario. Pero tras un año de estudio, aplicó de nuevo y entró a la especialidad en Anestesiología.

Rotó en diferentes hospitales e instituciones donde aprendió de todas las especialidades y patologías. Se dio cuenta que quería quitarle el dolor a las personas, ayudarlas. Fue en una de esas rotaciones que se encontró con los cuidados paliativos, un enfoque que mejora la calidad de vida de los pacientes. Entonces estudió durante un año el Curso de Alta Especialidad en Medicina Paliativa. 

En su año en el curso de paliativos, se dio cuenta que no era suficiente solamente tener el conocimiento médico, sino era necesario adquirir otro tipo de herramientas para ayudar a las personas.

Por eso decidió tomar un diplomado en Tanatología, donde le dieron las bases como para poder hacer un acompañamiento al paciente. A la par, notó los avances que se hacían en otros rubros de la medicina, por lo que tomó el primer diplomado que se dio en México de Medicina cannábica.

Mareli dice que en los cuidados paliativos se tratan síntomas físicos, como el dolor, pero también se tratan síntomas que otros médicos han olvidado: los espirituales y psicológicos.

Se hace una evaluación del cuerpo, espíritu, persona y entorno del paciente, una medición más global e íntima, para entonces tomar decisiones y mitigar el síntoma que le genera sufrimiento. Esto no significa quitarles la enfermedad del todo o curárselas, sino ayudarles a que disfruten lo que les queda de vida, hacérselas más llevadera.

Ella encuentra su sentido de vida en los pacientes que trata, en ese segundo más de vida que siempre buscan, aunque estén sufriendo por la enfermedad, aunque lo hayan perdido todo. Es crítica de la promoción que se le hace a los cuidados paliativos en el país, ya que se les relaciona con la muerte digna, pero lanza la pregunta:

¿Cómo vas a morir bien si estás viviendo mal? Menciona que es posible tratar enfermedades desde etapas tempranas y no solo cuando el paciente se encuentra terminal. Habla con seguridad cuando dice que los cuidados paliativos abogan por la vida y ayudan al paciente a entender su situación. 

Actualmente, Mareli ejerce como anestesióloga en el Hospital General de México, donde también da clases. Es conferencista sobre los cuidados paliativos y la medicina cannábica. Busca mejorar su propia calidad de vida y pasar más tiempo con su hijo de cuatro años. Sigue formándose en la profesión que siempre ha sabido que es la suya.