La marihuana es más útil que una fumada

El aprovechamiento textil de la marihuana originalmente se conoció como cáñamo. Una de las fibras más primitivas para la elaboración de hilados, telas, calzado...

Por: Juan Francisco Sotomayor

Ha estado en vestidos, velas de barcos, en la imprenta y ahora en paredes de grandes edificios.

(TBN) Cuando se habla de marihuana se piensa mayormente en su aprovechamiento como planta tropical usada como psicotrópico, nadie pensaría en hacer viviendas de concreto de hierba.

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No se puede negar las implicaciones que tiene Cannabis sativa L. como droga en muchos países y la consecuente sobrevaluación en el mercado negro. Pero al principio su uso más conocido fue para hacer telas, cuerdas y en la navegación.

El aprovechamiento textil de la marihuana originalmente se conoció como cáñamo. Una de las fibras más primitivas para la elaboración de hilados, telas, calzado, redes para pesca, y cuerdas para uso pecuario y náutico.

Le antecede una cultura milenaria como cultivo agronómico. Al principio sus semillas fueron un condimento aromático y alimenticio, pasando a ser sus tallos un material para la extracción de fibras, para llegar a constituirse hoy en un complejo industrial de muchos productos derivados.

El cáñamo es la variedad de marihuana que se conoce como planta “Macho”. Es una planta dioica igual que la hembra, pero produce flores macho y polen, suele ser un mejorador genético de su especie.

Los cultivadores de marihuana con interés de droga suelen eliminarla de sus predios, por su comportamiento de tallos altos, espigas distanciadas y con abundantes semillas e ínfimo nivel de principios psicoactivos (droga). Menos del 1% de concentración de tetrahidrocannabinol (THC).

En cambio, las plantas hembras, en ausencia de machos polinizadores, desarrollan flores grandes y densas cargadas de cannabinoides, llamadas “mota”. En Sinaloa donde se indujo el cultivo por primera vez en México, llaman “moteros” a los cultivadores de marihuana.

El cáñamo o marihuana macho se produce de manera intensiva en parcelas a cielo abierto. La producción mundial se estima en unas 90 mil toneladas.

El principal productor y exportador de cáñamo en el mundo es China, (casi el 50 por ciento), seguido de los países europeos Francia, Alemania y Reino Unido (unas 23 mil toneladas), Chile y la República democrática de Corea y sólo algunas regiones de Estados Unidos.

En la mayoría de los países la producción de Cannabis sativa está prohibida debido a su uso como psicotrópico. En China a pesar de ser el principal productor de cáñamo mundial, se aplica pena de muerte a una persona que posea 5 kilogramos de marihuana (hembra) o más, como estupefaciente.

Para su uso como cáñamo la planta se cosecha en su madurez. Algunas máquinas de tecnología avanzada cosechan a la par las copas con semillas y las cañas.

Al cosecharse, los tallos de cáñamo (4 meses) se dejan expuestos al sol para su deshidratación, y ya secos pasan a la industria para la separación de las fibras y demás componentes.

[mks_pullquote align="left" width="300" size="24" bg_color="#ffffff" txt_color="#0095cc"]Históricamente las fibras de cáñamo se han usado para confección de hilados, cordeles, telas, lonas, redes de pesca, velas náuticas (las carabelas de Colón tenían velas de cáñamo), cabos, alfombras, tapicería, zapatería (alpargatas y botas) y papel.[/mks_pullquote]

Los chinos usaron el cáñamo desde hace miles de años. Ellos elaboraban papel usando seda, paja de arroz, cáñamo o algodón. En la historia de la imprenta se especula que La Biblia de Gutemberg, o “La Biblia de 42 líneas” (1452-1455) fue impresa en papel elaborado con pasta de lino y cáñamo.

En España la ciudad de Callosa de Segura, se hace llamar “la Ciudad del Cáñamo”, por su histórico aprovechamiento en la antigua cordelería y navegación.

Callosa de Segura conserva el Museo del Cáñamo, que recrea desde la siembra, la siega, la jargola, el embalsado, el espadado, rastrillado y hasta la enfermedad de la cannabosis.

Hoy en día el cáñamo se usa también en la industria para la producción de bioplásticos, aislantes térmicos, para la elaboración de papel y en la generación de gran cantidad de materiales de bioconstrucción.

Una tendencia en Estados Unidos, Reino Unido, Holanda y Alemania es usar los desechos industriales (estopa fibrosa) del cáñamo para la fabricación de bioconcreto, identificado como hempcrete (concreto u hormigón de cáñamo) preparado con agua y cal, principalmente.

Con ese material se construyen paredes para casas colocando moldes que se rellenan con la “paja” preparada del hempcrete (batida con cal o hidróxido de calcio).

Al secarse las paredes se calcifican quedando duras, resistentes, e impermeables. Con esta técnica se construyen viviendas, oficinas y grandes edificios.

Además de la pasta para relleno, otras compañías hacen ladrillos de fibra de cáñamo, y paneles prefabricados para la construcción de grandes naves de tipo industrial.

La estopa fibrosa de hempcrete se vende en bolsas y los usuarios hacen las mezclas para proyectos pequeños de aislamiento, rellenos, decorados o construcciones completas.

A pesar de ser prácticamente un desecho industrial, hempcrete no suele ser un material barato y se ha constituido en una tendencia en la industria de la construcción.

En el mundo de la botánica, las plantas por sí solas no son malas, su connotación de malezas, malas hiervas o perjudiciales se da en función de su uso, estorbo o aprovechamiento.

Antes que se convirtiera en problema social como psicotrópico, la Cannabis sativa ya tenía historia con la comunidad.

En el tiempo, el cáñamo… vale más que una fumada.

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