El dolor de garganta, el mal aliento o los ronquidos, se presentan por diversas causas que tiene que ver con las amígdalas y adenoides. ¿Qué es esto? Entérate YA mismo.
Por: Laura Valle
Qué tanto sabes de la función de amígdalas y adenoides. De eso depende mejorar tu salud.
Tus Buenas Noticias. ¿Sientes que tus anginas siempre están inflamadas?, ¿has pensado o te han indicado la necesidad de extirparlas?, ¿su tamaño excesivo te ocasiona ronquido u otros datos de obstrucción?, ¿tienes mal aliento por acúmulo de materia en sus criptas?. Entonces debes informarte de la función de amígdalas y adenoides.
Como mencionaba en el artículo anterior, una causa frecuente de dolor de garganta principalmente en niños, es la faringoamigdalitis, es decir, inflamación y enrojecimiento de la garganta y anginas.
Especialista en Otorrinolaringología Laura Valle.
Las anginas o amígdalas consisten en acúmulos de tejido linfoide con actividad inmunológica. Esto quiere decir que su función es ayudar al cuerpo a combatir las infecciones.
Se localizan estratégicamente en la entrada de la vía aérea, por donde pasa el aire que respiramos, y digestiva, por donde pasa lo que comemos. De manera que son la primera defensa contra la materia extraña inhalada o ingerida, teniendo la capacidad de reconocerla, combatirla y colaborar posteriormente con el sistema inmunológico del resto del cuerpo para protegernos de infecciones futuras.
Las amígdalas experimentan un aumento de tamaño progresivo durante los primeros 4 años de vida, cuando el niño empieza a tener contacto con el medio, tienen su mayor actividad inmunológica de los 4 a los 10 años, para posteriormente involucionar y disminuir considerablemente su actividad pasada la pubertad.
Su parte externa está cubierta por criptas, aproximadamente de 10 a 30, las cuales sirven para aumentar la superficie de contacto con materia extraña del exterior y así mejorar su función.
Su constante exposición directa a virus y bacterias las hace vulnerables a infectarse hasta 2 veces al año, la gran mayoría de las veces la causa es viral, por lo que el tratamiento inicialmente debe ser sólo sintomático para disminuir las molestias.
Sin embargo, cuando las infecciones se vuelven frecuentes o asociadas a:
mal aliento por el acúmulo de materia en descomposición en las criptas, irritación constante de garganta, inflamación de ganglios dolorosos en el cuello, convulsiones por fiebre o a problemas de obstrucción por su tamaño excesivo puede ser necesaria su extracción.
Resulta importante mencionar que existe otro tejido de características y función muy similares a las amígdalas llamado adenoides, estas se encuentran en la parte más posterior de la nariz, arriba de la campanilla de la garganta.
Las adenoides regularmente crecen durante los primeros 7 años y en la pubertad ya se encuentran atrofiadas, pero en algunos niños experimentan un crecimiento excesivo, frecuentemente asociado también a crecimiento excesivo de las amígdalas, provocando síntomas como:
- obstrucción nasal,
- ronquido al dormir,
- escurrimiento nasal de moco,
- infecciones recurrentes de oído,
- voz gangosa,
- y respiración constantemente por la boca, que a su vez puede alterar el desarrollo normal de las estructuras faciales ocasionando apiñamiento de los dientes superiores, retracción de la mandíbula y una cara alargada.
En caso de diagnosticarse un problema obstructivo por el crecimiento de las amígdalas y adenoides, es necesario llevar a cabo su resección (extirpar), ya que los trastornos del sueño ocasionados pueden llegar a alterar el desarrollo cognitivo de los niños, o causar alteraciones en su comportamiento e hiperactividad.
La cirugía de amígdalas y adenoides no compromete la capacidad del paciente para combatir infecciones, y consiste en un procedimiento relativamente sencillo, rápido y realizado con frecuencia, los riesgos son derivados del procedimiento anestésico y de presentar sangrado durante o posterior a la cirugía.
Si constantemente sufres de infección de amígdalas o consideras que tu hijo puede tener problemas obstructivos respiratorios derivados de estos padecimientos, mi recomendación es que acudas al experto para determinar el tratamiento adecuado y prevenir complicaciones futuras.
Dra. Laura Valle Soto
Especialista en otorrinolaringología
UAS Ced. Prof. 9211316
Acreditada por el Consejo Mexicano de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello, A. C. VAS-2597/15
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