Relacionar a las flores con la muerte podría decirse que es común, sin embargo que una flor expida un olor de putrefacción no lo es tanto, ¿no lo crees?
Por: Kenia Meza
Las moscas abundan en su lugar, esperando la apertura de sus pétalos
Una atmósfera fría, húmeda y misteriosa se asienta con la entrada del mes de octubre, haciendo honor a celebraciones que nos transportan al pasaje de la muerte, y en ese recorrido un olor putrefacto se percibe por el florecer de la Stapelia Gigantea.
La Stapelia Gigantea puede considerarse como una flor cualquiera; caracterizada por tener una dimensión de 10 a 40 centímetros y por contar con pétalos de color crema-amarillo estriados de rojo y revestidos por una densa pelusa.
Para su identificación se asocia al grupo de las plantas llamadas suculentas o crasas, que tienen como característica el almacenamiento del agua por encontrarse en ambientes secos prolongados.
Sin embargo, esta bella flor presenta una peculiaridad: su aroma penetrante. Este detalle podría resultar confuso pues, ¿qué flor no emite olor?. Pero es esto lo que la diferencia de las demás, pues dicha fragancia solamente atrae a las moscas y larbas.
En efecto, un aroma putrefacto es lo que expide esta flor, por lo que se le denomina como la “flor carroña gigante”, puesto que su perfume recuerda a la carne podrida.
Aunque te parezca un poco desagradable dicha característica, es importante que sepas que gracias a ese olor, puede atraer a los insectos que ayudan a su polinización.
De esta manera, y después de haber sido polinizada, se forman alargadas vainas que contienen en su interior semillas que presentan estructuras de dispersión a fin de facilitar su traslado por el viento.
Es así como la “Flor de las Moscas” sobrevive en el mundo, para destacar frente a las demás y ser única en su especie.