En este artículo conocerás la definición de una política pública, su proceso de elaboración así como de análisis.
Por: Kenia Meza
Son 4 etapas: diseño, elaboración, implementación y evaluación, que se repiten de forma cíclica.
Para resolver diversos problemas que afectan el bienestar de la sociedad e incluyen la asignación de recursos y oportunidades a distintos grupos de interés, surgen las políticas públicas. ¿Qué tanto sabes sobre estas propuestas de regulación?
En forma más sencilla, las políticas públicas se definen como aquellas propuestas de regulación de los múltiples problemas y contradicciones que afrontan las sociedades actuales, que entrañan mecanismos de asignación pública de recursos y oportunidades entre los diferentes grupos de interés, los cuales intentan enraizar sus valores, paradigmas e ideas.
Para una mayor comprensión, el libro “El control parlamentario y el diseño de las políticas públicas” señala que son un punto clave para la praxis de la especialización legislativa, es decir que a través de la identificación de problemas, el Congreso puede aportar a la buena gestión pública por medio de un modelo de control parlamentario sustantivo-administrativo.
Como afirma Alcántara (1993: 105), éstas no sólo son elementos institucionalizados del sistema político, sino que son las unidades más visibles, cotidianas y familiares para los ciudadanos que ayudan a generar de manera directa e inmediata un grado u otro de confianza en el sistema.
¿Cómo se estudia una política pública?
El análisis de una política pública corresponde a una disciplina que se ubica dentro de la ciencia de la administración, ligada al análisis político, que tiene por objetivo buscar y elaborar información que sirva para la toma de decisiones, a fin de que éstas puedan ser orientadas a resolver problemas determinados en circunstancias políticas concretas.
El estudio de las políticas públicas ha dado como resultado distintas aproximaciones conceptuales que pueden ubicarse en lo que se conoce como trabajo gubernamental (policy making); o bien, identificarse con productos formalizados del sistema político, concebidas como una regla —enunciada verbalmente o por escrito—, o también entendidas como una acción formada por la suma de actos singulares aisladamente considerados.
Lo anterior significa que no todas las políticas públicas están basadas en perspectivas explícitamente definidas, articuladas de manera racional entre sus elementos, ni son permanentes en el tiempo (Alcántara, 1993: 107).
Si bien las políticas públicas son “un conjunto de actividades de las instituciones de gobierno, actuando directamente o a través de agentes, y que van dirigidas a tener una influencia determinada sobre la vida de los ciudadanos” (Peters, 2003), no puede perderse de vista que pueden afectar de manera distinta, bien por su contenido o por su efecto, a un público muy diferente, compuesto por individuos, grupos u organizaciones, de manera extremadamente heterogénea; por tanto, no todas las políticas son iguales, así que pueden tener dinámicas y explicaciones distintas (Alcántara, 1993).
Finalmente, resulta de interés también la definición propuesta por Tamayo, que tiene la ventaja de destacar el carácter plural de las políticas públicas, puesto que las considera como el conjunto de “objetivos, decisiones y acciones que lleva a cabo un gobierno para solucionar los problemas que en un momento determinado los ciudadanos y el propio gobierno consideran prioritarios” (Tamayo, 1997: 281).
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Proceso de formulación de políticas públicas
Las políticas públicas se construyen bajo un proceso dinámico y cíclico (ya que las etapas que lo constituyen se repiten constantemente), que pretende encontrar la mejor solución posible a un problema de carácter público.
De acuerdo con el Servicio de Investigación y Análisis de la Cámara de Diputados, cada etapa tiene una función, objetivos y métodos de funcionamiento propios, que permite identificar adecuadamente el problema a tratar, con sus actores, contexto, dinámica, y todo aquello que resulte necesario conocer para poderlo resolver.
Este proceso dinámico y cíclico está compuesto de cuatro etapas:
- Diseño (formación de agenda): Aparición de un problema que requiere la formulación de una política pública. Es decir, ciertas ideas se difunden por diversos canales de comunicación hasta que son considerados por una institución pública.
- Elaboración (decisión): Adopción o rechazo de una política o programa de acción para el gobierno y organismos públicos.
- Implementación (puesta en práctica): Supone una fricción considerable entre los objetivos de la política y la realidad con la que se encuentra la organización que debe ponerla en marcha.
- Evaluación: Examen sistemático de las actividades llevadas a cabo por un organismo público o agencia de gobierno para poder establecer sus efectos, tanto en el corto como en el mediano y largo plazo.
¿Cómo se analiza una política pública?
El punto de partida del análisis de políticas públicas consiste en reconocer algo a lo que ya aludimos antes: el proceso o ciclo de las políticas públicas no es simple ni directo.
Desde el momento de la formulación de políticas, este proceso implica interacciones complejas entre individuos, grupos e instituciones. La complejidad del proceso de políticas públicas significa que tiene muchos aspectos y plantea numerosos problemas diferentes, de modo que no se puede estudiar como si se tratara de una única entidad homogénea.
Se trata de una actividad continua e incesante, que se representa de la mejor manera, para fines analíticos, a través de la figura de un ciclo o proceso circular.
Todo lo anterior, implica que una vez concluido el proceso, se podrían identificas las partes que no fueron del todo eficientes y determinar cuáles deben ser los pasos a seguir para corregirlas, comenzando nuevamente el proceso.
Justamente, esta es la parte cíclica, que también se repite al interior de cada etapa, mejorando paulatinamente las propuestas, métodos y procesos aplicados, es de hecho una forma compleja de la teoría básica de ensayo y error, presuponiendo por supuesto, que los problemas o aquello sobre lo que se quiera incidir a través de la aplicación de una política pública, pueda solucionarse en el menor número de aplicaciones posibles.
Alcántara, Manuel (1993), Gobernabilidad, crisis y cambio. Elementos para el estudio de la gobernabilidad de los sistemas políticos en épocas de crisis y cambio, Fondo de Cultura Económica, México.
Aguilar (1996: 32) aclara que política pública no es cualquier tipo de política gubernamental, sino que es aquella que en su elaboración participan gobernantes elegidos democráticamente y ciudadanos.
Tamayo Sáez, M. (1997), “El análisis de las políticas públicas”, en R. Bañón y E. Carrillo (comps.), La nueva administración pública, Madrid, Alianza.