¿A dónde te gustaría viajar durante la cuarentena?. En medio de la recomendación generalizada de practicar la sana distancia.
Por: Miguel Calderón
Columna: Reflexiones de un aspirante a buen vecino. Por Miguel Calderón
¿A dónde te gustaría viajar durante la cuarentena?. En medio de la recomendación generalizada de practicar la sana distancia, ¿qué tan fácil es para las personalidades más extrovertidas y sociables atender este protocolo?.
En el menú de la diversidad humana podemos observar coterráneos que disfrutan de estar en casa, pero también a quienes les atrae el trato social tangible en sus lugares de trabajo, en sus escuelas, en el cine, en el café, en la discoteca.
Un grupo de más de 20 mil personas con una característica común, el ser expatriados, se agrupan en torno a una organización llamada InterNations y hacen año con año desde 2016 una encuesta para preguntar qué nación en el mundo es la más social y amigable.
Para decidir sobre este ranking se consulta sobre casi 190 países. El promedio general en las respuestas de los consultados en la última edición le dio a México el primer lugar por segundo año consecutivo.
Este rasgo distintivo en los tiempos actuales se sugiere seguir explotándolo, pero a través de las herramientas tecnológicas como el Skype, el Zoom, la videollamada de whatsapp o la charla telefónica convencional sustituyendo el abrazo y el apretón de manos por un buen rato.
Para darnos una idea más clara de qué tan complicado es para alguien que está acostumbrado a socializar contener sus impulsos quedándose en casa por alrededor de 60 días hay que revisar algunos datos de la encuesta de opinión que levantó el periódico El Financiero a finales de marzo pasado. Poco más del 20% de los encuestados dijo que no estaba de acuerdo en quedarse en casa.
Como complemento y volviendo al ranking de InterNations observamos que los filipinos y los ecuatorianos, secuencialmente, le siguen a los mexicanos en lo sociable y buena onda. Los de Dinamarca, Suecia y Kuwait están en la parte más baja de esta tabla al resultar poco amigables.
Con este contexto esta misma semana en una conversación con mi hija mayor Melissa, que está pasando su Cuarentena en Barcelona con reglas mucho más rígidas que aquí, reflexionábamos que no podíamos pensar en “vaguear” de la banqueta hacia afuera, pero que es una muy buena oportunidad para “vaguear” hacia nuestro interior personal.
Al igual que Melissa y yo, Ethan Kross, un brillante profesor de psicología de la Universidad de Michigan ha pensado lo positivo que puede llegar a ser hablar con uno mismo. A diferencia de mi hija y un servidor, el profesor Kross si puso a prueba su teoría logrando demostrar con experimentos que “las personas que hablaban consigo mismas y que empezaban sus diálogos pronunciando su nombre tenían más éxito en sus vidas y mostraban mayor seguridad personal”.
Todos estos antecedentes los utilizó este día para proponer una ruta en nuestra inseparable cuarentena. Primero, poner en pausa nuestra positiva habilidad de socializar en físico para activar nuestros diálogos a distancia.
Segundo, activar nuestros diálogos internos para conocernos mejor, plantearnos metas, replanteárnoslas y darnos cuenta de lo bondadosos que podemos ser con nuestro entorno si nos quedamos en casa por los siguientes 45 días.
Por lo pronto, empezaré con esta dinámica de echarme una vuelta en mi interior a ver qué encuentro.