El Mazatlán de finales d el Porfiriato fue el despertar al comercio extranjero, la navegación y el traslado regional de mercancías. Un viaje en mulas desde Sonora a Jalisco debió haber sido agotador. Recréate con los recuerdos de Don Luis Coppel.
Por: Juan Francisco Sotomayor
Conoce parte de la historia de Mazatlán de principios del siglo pasado, el comercio y los puertos de Sinaloa, según Anécdotas de Don Luis Coppel .
De los primeros recuerdos a principios de siglo, lo que tengo más presente es la navegación. La llegada de barcos de vela proporcionaba una atracción grandísima, verlos llegar al puerto o salir con toda su vela extendienda.
Mazatlán realmente nunca fue un puerto, en caso de los barcos se salían al mar, y recuerdo algunos que no alcanzaban a zarpar, quedaron encallados en el Crestón o en los bajos de los terrenos que le ganaron al mar.
Con la apertura del Canal de Panamá comenzaron a llegar Líneas de Vapores Alemanas, Francesas y Americanas, éstas últimas, sus nombres eran “Santas”.
Mazatlán debe haberse incrementado con pura gente extranjera, había como unos 11 negocios Grandes, 4 Alemanes, 5 españoles, y 2 Franceses, que fueron reemplazados con el tiempo por los Chinos.
Cuando empezaron a llegar barcos, mis Padres comenzaron a viajar, y pasaban ciertas épocas en San Francisco, para lo cual nos dejaban a mí y a mis hermanos al cuidado de mi Abuela que venía a nuestra casa. Durante los 8 días que duraba la travesía, no salíamos ni a la banqueta, nos la pasábamos como si fuera un velorio. Y al final nos daban los dos domingos juntos.
En aquel entonces de Domingo nos daban una “Cuartilla”, que equivalía a tres centavos. La melcocha costaba 1 centavo, así como los polvorones, por 1 centavo nos daban 20 ciruelas o 2 o 3 mangos.
Existían el Peso, la Peseta (veinticinco centavos), los Reales (8 Reales por 1 Peso) y el Tlaco (partida en Nahuatl), que era un centavo y medio.
Luego se impuso el Sistema Métrico Decimal y multaban a los que usaban ciertas medidas como la Vara (.84 centímetros) Pulgada (2.54 centímetros).
Los Comerciantes para no batallar mucho daban 2 y media varas por 2 metros, Convertían la vara de 84 centímetros a 80.
Las Amas de Casa compraban su carbón y leña para su cocina y empezaban el regateo desde 14 Reales bajaban a 12 y compraban hasta 10 (1.25 Pesos). La carga de carbón o leña era lo que le cabía a un burro.
Los granos tenían medidas como el “Almud” que equivalía 5 litros. Usaban unos cajones de 5 litros que llenaban de granos y con una vara lo rosaban.
La Fanega se usaba para el maíz y una Fanega eran 130 litros.
En aquella época, las gentes que eran dueñas de tierras se las rentaban a los “Medieros” que las trabajaban, y la mitad de la producción era para el que sembraba y la otra mitad para el dueño. El dueño ponía la semilla y adelantaba los jornales, recuerdo que el precio de 1.50 Pesos por Fanega, era un precio que satisfacía mucho al vendedor (ñoco más de 11 centavos por litro).
En los pueblos cercanos a las regiones mineras vendían toda su producción al Real (Reales les decían a los Minerales). Todavía los caminos principales se llamaban “Caminos Reales”.
El comercio de Mazatlán creció por la falta de comunicación terrestre a Sonora, a Sinaloa y Nayarit con México. Todo se recibía en Mazatlán por mar y de ahí se distribuía a los demás Estados.
Usaban veleros locales chicos que iban de Mazatlán a Altata, Perihuete, Médano Blanco, Topolobampo y Agiabampo.
No había suficiente carga para no más o menos 20 veleros que hacían este servicio de Mazatlán al norte. Un armador llamado Butchard, se hizo famoso porque sacaba anuncios que decían que el Velero fulano saldrá “en breve”. Y no salían hasta que se completaba la carga.
También existía una Diligencia que hacía el recorrido de Álamos, Sonora a San Marcos, Jalisco, puedes calcular el tiempo que hacía si cada 7 leguas cambiaba las mulas y seguía avanzando de día y de noche. Es curioso que cada 7 leguas hay un pueblo.
Por tierra no existía más que ese servicio. Me tocó caminar parte de ese camino cuando no había ferrocarril de Mazatlán al Sur. El Ferrocarril llegaba hasta Tepic, de ahí íbamos a Ixtlán en una especie de carros de caballos y de Ixtlán en mulas. Algunos meses me… (fin del recorte impreso).
Hasta aquí el texto de las Anécdotas de Don Luis Coppel, el resto del texto no fue posible localizarlo.