Luego de sufrir un accidente que casi le cuesta la vida, Aarón Hermosillo se ha convertido en destacado atleta paralímpico de Navolato.
Por: Jacqueline Sánchez Osuna
Luego de sufrir un accidente que casi le cuesta la vida, Aarón Hermosillo se ha convertido en destacado atleta paralímpico de Navolato.
Era un día como cualquier otro, Aarón Hermosillo se despidió de su esposa con un beso y se subió a la motocicleta para dirigirse al trabajo. Era aquel lejano mes de noviembre del 2004.
Jamás imaginó que su vida daría un vuelco de tal magnitud. Salió con dos piernas y regresó con una. La imprudencia de un conductor que lo arrolló entre las llantas de su pesado camión le cambió la vida. Le quitó su pierna izquierda.
La realidad cambió en un instante. El tiempo pasó lentamente mientras se encontraba tirado sobre el asfalto de la carretera Navolato-Culiacán esperando la ayuda de emergencia. Esperando que pasara un milagro.
Con la mirada fija hacia la ciudad en donde se encontraba el amor de su vida; pensó que ese sería el fin de sus días.
En su mente había ideas como que no volvería a ver a su “flaca”, su amada Beatriz, a sus padres, sus hermanos y sus amigos. La ayuda llegó justo a tiempo, pues los paramédicos temían que no resistiera el traslado a un hospital por la gravedad de las lesiones.
Así venció la primera batalla, llegar con vida. En el hospital se enfrentó a una decisión por demás complicada. Elegir entre su vida o las piernas.
La respuesta fue más que obvia, “No importa, córteme las piernas doctor, quiero vivir”, le dijo al médico sin temor.
Así fue como empezó a ser un hombre nuevo. Al salir de la cirugía pasó un año en recuperación, posteriormente se sometió a varias intervenciones quirúrgicas para lograr restaurar su pierna derecha que por intervención divina los doctores lograron salvarla.
A los 24 años, la vida de Aarón tenía otro sentido, otro sabor. Había que aprender a vivir de una manera distinta, con la decisión de no dejarse vencer, a pesar de la difícil prueba de restarle un paso a su andar.
“No fue fácil aceptar que no tendría una pierna, siempre fui un joven deportista, con muchos amigos, hasta cierto punto vanidoso. Y que me vieran así, fue un gran reto porque yo pensaba que me veían con lástima, después entendí que esta es mi realidad”, señala.
Aarón siempre había sido un joven que disfrutaba del deporte, el karate, taekwondo, futbol, básquetbol y voleibol eran de sus preferidos. Pero ahora que no tenía una pierna tuvo la opción de rendirse o tomar el desafío de un nuevo esquema deportivo.
“Yo empecé en el deporte paralímpico cuando un amigo me invitó a entrenar en el equipo de básquetbol paralímpico de Navolato, de inmediato me negué a participar, pero poco a poco fui aceptando y aprendiendo a jugar”, indica orgulloso al recordar los logros que ha obtenido.
Si bien es cierto, jugar básquetbol puede ser un poco complicado. Pero cuando se hace sobre una silla de ruedas el reto es aún mayor, las manos de Aarón con visibles marcas de heridas nos lo demuestran. Pero la actitud de entusiasmo que transmite es mayor que cualquier herida.
Como señala la frase de Nelson Mandela “El deporte crea esperanza donde antes solo había desesperación”. Con ese buen ánimo y entusiasmo que caracteriza a Aarón inició con una preparación más formal en el deporte paralímpico.
Atrás quedó el pesar ya es medallista paralímpico. Aarón Hermosillo participó en la Olimpiada Nacional de Atletismo 2009, logrando traer a Navolato la medalla de plata en lanzamiento de Bala. No fue la única, ganó medalla de oro en lanzamiento de Jabalina, y medalla de bronce en lanzamiento de Disco.
Entre esos logros está haber formado el primer equipo de amputados de futbol en México y actualmente continúa impulsando el deporte paralímpico.
Ya nada lo detiene, participa en los equipos de básquetbol, ciclismo, voleibol, atletismo y softbol, como su máximo exponente en la tierra que lo vio nacer. Hoy se ha convertido en orgullo para Navolato y su Estado.
Cada amanecer la vida le sonríe. Disfruta días alegres al lado de Beatriz, su esposa y la mujer que siempre lo ha apoyado. No paran con su algarabía sus dos pequeños hijos, se han convertido en el orgullo de Aarón.
También dedica parte de su tiempo a ayudar a otras personas, pues asegura que cuando estaba prácticamente en su lecho de muerte le prometió a Dios que siempre estaría ayudando a quienes pasaran por una situación similar.
Con suaves palabras y su ejemplo levanta el ánimo de personas con discapacidad.
Perdió una pierna, pero gana olimpiadas y mucho afecto. Es el deportista paralímpico más preciado de Navolato.