Esta celebración es la ternura del pasado, el valor del presente y la esperanza del futuro. Es el deseo más sincero de que cada casa se rebose con bendiciones.
Por: Dra. Karla Lozano
Este 2020 ha sido un año diferente, de grandes lecciones, algunas muy difíciles de asimilar. Nuestra mesa este año no será la misma, algunas sillas estarán vacías y nuestros corazones con un gran hueco tratando de sanar. Por encima de todo tenemos la bendición de estar unidos, más unidos que nunca, aún y cuando la distancia pareciera un obstáculo.
Y es un hecho que como cada ciclo deberá cerrase, aunque el deseo de algunos es que termine el año antes de tiempo, cerrar un año lleva su proceso y darnos la oportunidad de que otros momentos lleguen a nuestras vidas para adueñarnos como propios.
El fin del año 2020, decida crearlo como reflejo de sus valores, deseos, reflexiones y tradiciones. Bendita sea la fecha que une a todo el mundo en una conspiración de amor.
Por lo tanto esta celebración es la ternura del pasado, el valor del presente y la esperanza del futuro. Es el deseo más sincero de que cada casa se rebose con bendiciones ricas y eternas, y de que cada camino nos lleve a la paz y con ella vienen los recuerdos y las costumbres.
Esos recuerdos cotidianos humildes a los que nos agarramos, en los rincones secretos de nuestro corazón. Debemos entonces honrar el año y procurar conservar su esencia.
No importa cuánto temamos las prisas, cuando llegue el día, que venga el mismo calor que sentíamos cuando éramos niños, el mismo calor que envuelve nuestro corazón y nuestro hogar.
Las felicitaciones simbolizan el dar y recibir con bien, es una satisfacción de compartir con quienes queremos y forman parte de nuestra familia.
Cierre su ciclo en familia, haga una revisión de sus acciones y regale a sus seres queridos aquellos momentos que permita extraer la mejor sonrisa permanente.
Agradezcamos por estar, por salud y hagamos unidos, no juntos, una conspiración de amor para recibir un año nuevo 2021 con nuevos planes y metas.
Un abrazo a la distancia desde el corazón a cada hogar que ha dejado con el año un ser querido. Recuerde que cuando las personas que amamos parten, pasan de vivir entre nosotros a vivir con nosotros. Quién ha pasado por su vida y dejó luz, ha de resplandecer en nuestra alma para toda la eternidad.
Afectuosamente, Karla Lozano
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