Sin duda, Briseida Acosta se ha convertido en la esperanza dorada de Navolato.
Por: Jacqueline Sánchez Osuna
La taekwondoína de Navolato sigue escribiendo su historia de éxito y busca el oro en Tokio
Hablar de Briseida Acosta Balarezo, es hablar de un ejemplo de disciplina, perseverancia, entrega, esfuerzo, trabajo constante y paciencia. Bris, como se hace llamar, se ha convertido en el orgullo de Navolato y su gente.
Integrante de una familia de taekwondoínes, Briseida creció rodeada del amor de sus padres Juan José y Alma Rosa. Ella junto a sus hermanos Cristopher y Eros aprendieron a amar este deporte que forma parte de sus vidas.
Durante años consagró el sueño de estar presente en los Juegos Olímpicos y representar a Navolato, a Sinaloa y a México ante el mundo.
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Hoy hace realidad esa ilusión. Con el triunfo que obtuvo ante la campeona guasavense María del Rosario Espinoza, Briseida obtuvo el pase a las olimpiadas de Tokio 2021.
Al lograr ese sueño ahora tiene una nueva meta. Escuchar el Himno Nacional desde el podio en Tokio y bañar a Navolato en oro.
“Sueño con que el Himno Nacional se escuche en Tokio y creo que eso es muy posible”, dice rebosante de confianza.
A golpe de patadas y mucha disciplina sigue escribiendo una historia de éxito. Durante toda su vida deportiva se ha preparado para lograr esta meta y sin duda va en camino a lograrla.
Sin duda, Briseida Acosta se ha convertido en la esperanza dorada de Navolato.
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