Los dotaron de tierras improductivas y las convirtieron en granjas camaroneras en la Laguna de Bataoto, son ejemplo de reconversión tecnológica.
Por: Juan Francisco Sotomayor
Los dotaron de tierras improductivas y las convirtieron en granjas camaroneras en la Laguna de Bataoto, son ejemplo de reconversión tecnológica.
Tomás hace años dejó de perder en la agricultura, ahora en vez de ir a ver plantas, se sienta bajo la enramada a ver sus estanques. Es uno de muchos guanajuatenses que lucho por años en el último movimiento de dotación de tierras ejidales. Les asignaron tierras improductivas, pero ahora son ejemplo de reconversión tecnológica con cría de camarones en agua dulce.
La vida no suele ser fácil para todos, pero hay quienes le sufren más. Tomás Ramírez Alvarado llegó de Guanajuato a los campos de Villa Juárez en 1968 como jornalero agrícola. En 1974 fue invitado por su tío a involucrarse en un movimiento de reparto agrario invadiendo la ribera de la Laguna de Bataoto, en el delta del Río Culiacán.
Junto a esos terrenos un empresario comercializador de mariscos de Culiacán hizo la primera granja para
La riqueza de plancton y algas del agua dulce les ahorra un mes de alimento a las crías de camarón, pero, según Tomás, tienen que apresurar las cosechas, porque bajo ese ambiente los camarones pueden morir. Por esa razón sólo cosechan tallas chicas.
Jesús Razo Manjarrez es acuacultor vecino de Tomás Ramírez, afirma que la cría de camarones en agua dulce le cambió la vida.
“Sí nos cambió porque antes de ser granjero de camarones nosotros íbamos a trabajar para Hermosillo, salíamos en tiempo de que se acababa la zafra hortícola. Salíamos porque aunque teníamos un pedacito de tierra no era mucho la ganancia como para pasar el tiempo muerto. Y gracias a Dios por la granja, porque más cosecha uno el maíz, y los siguientes meses ya se viene a trabajar en la granja. Acá mis hijos y yo hemos tenido trabajo porque en tiempo de que no hay maíz, ya podemos sacar el peso para comer”.
Tomás Ramírez Alvarado luchó por tener parcelas para la agricultura, pero el éxito lo encontró en las parcelas para camarones. La cría de camarones en agua dulce que trabajan en estas granjas es un modelo de reconversión tecnológica que puede replicarse en muchas partes. Ahora ya no batalla para vender sus cosechas, se las arrebatan en las marisquerías. Así encontró nueva vida en Villa Juárez.
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