En 1975 en el país se tenían 32 acuíferos sobreexplotados, 31 años después la cifra era de 104. Todos estos acuíferos en ese lapso habían perdido el 25% de sus reservas naturales en promedio. ¡Es momento de actuar!
Por: Dr. Xicoténcatl Vega Picos
Dr. Xicoténcatl Vega Picos | Letras de vida
¿Qué tanto sabes de las aguas subterráneas? La CONAGUA define los acuíferos como “formaciones geológicas que almacenan agua del subsuelo”. Su importancia es poco conocida. En México existen en el inventario 653 de ellos, estos reservorios de “aguas invisibles” tienen un aporte significativo al desarrollo socioeconómico en el país. Se estima que se aprovecha un 39% de ellos.
Estos aprovechamientos se destinan, mayoritariamente, al sector agrícola, con un 77%, le sigue el abastecimiento público con el 14%, mientras que el 5% es para la generación de energía en plantas termoeléctricas y el otro 4% restante es para el autoabastecimiento de industrias.
Mientras que el agua superficial se almacena en presas para su aprovechamiento a un elevado costo. Los acuíferos asumen la función de almacenamiento de agua y facilitan su conducción. A diferencia de las presas, también ayudan a mantener la calidad del agua debido a que actúan como filtros purificadores.
Estos reservorios se aprovechan, pero se encuentra supeditado a las recargas de aguas, el cómo llegar a ellos, entre otros. Un acuífero puede ser una buena opción para el abastecimiento de agua. Sin embargo, para ello requieres de la siguiente ecuación: extraes 100 litros del acuífero, y le devuelves los 100 litros. Si no es de esa manera ya lo estamos sobreexplotando. Cuando es mayor la extracción que la recarga, algo anda mal. Eso se llama “sobreexplotación de un acuífero”.
En México de los 653 acuíferos poco más de 100 de ellos se consideran como sobreexplotados. Pensaba que en Sinaloa teníamos uno, pero no, son dos: el del Río Baluarte y el del Río Quelite. Donde se encuentran más es en Sonora, la parte norte y sur de la Península de Baja California y de Chihuahua hasta el centro de México y un poco más al sur.
“Coincidentemente” en el mapa de precipitaciones pluviales de CONAGUA son esas zonas las que han recibido menos aportes de agua por lluvia. Volvemos a lo mismo. La sobreexplotación de los acuíferos se correlaciona entre la extracción y el aporte o recarga de agua. Si sacas 100 debes esperar que entren 100. Si no llueve y extraes agua pues no tienes recarga de aguas en los mantos freáticos y por ende en los acuíferos.
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Si en Sinaloa tenemos uno o dos acuíferos sobreexplotados no es el punto. El punto sigue en lo que cuesta la infraestructura gris comparada con la infraestructura verde. El punto es que la infraestructura gris suple la necesidad de utilizar la infraestructura subterránea.
El punto es que si la infraestructura gris tiene serios problemas asociados a su mantenimiento y que fueron construidas hace ya algunos años, mientras que la infraestructura verde poco a poco es minada por la deforestación y otros problemas ambientales asociados.
El punto es que eventualmente estaremos inmersos en una escasez brutal de agua si seguimos con esa tendencia. La única fuente de abastecimiento disponible sin infraestructura gris ni verde para los sedientos valles agrícolas y centros poblados serán los mantos acuíferos.
Parece fácil, escarbo un pozo, meto un popote con una bomba de agua, extraigo el gasto que requiero del vital líquido y seguimos con la misma ecuación: extracción-recarga, pero con el desbalance por la falta de infraestructura verde o ausencia de lluvias. Nos acabamos el agua del acuífero por sobre explotación y colapsamos la actividad económica. ¿Y entonces?
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Por otro lado, decir que las aguas subterráneas de los mantos acuíferos se encuentran limpias porque se filtra no es del todo correcto, pues podría ser agua filtrada pero no de calidad para su uso y aprovechamiento. Nadie puede asegurar que el agua del subsuelo se encuentre libre de partículas o sustancias dañinas.
No exagero con estas posibilidades. En 1975 en el país se tenían 32 acuíferos sobreexplotados, 31 años después la cifra era de 104. Todos estos acuíferos en ese lapso habían perdido el 25% de sus reservas naturales en promedio. En algunas regiones del país se vive una sequía prolongada mientras que en otras se sufren de inundaciones.
Sean peras o sean manzanas, en los dos casos se requiere de una infraestructura verde, pues es el arbolado de cualquier tipo de ecosistemas el que influye en la producción del agua y por ende juega un papel fundamental en el ciclo del agua.
Ser cicateros en el cuidado de nuestros bosques es truncar el desarrollo económico y social. Abonemos a la conservación de los recursos forestales como un gesto de reciprocidad por lo que nos brindan en servicios ambientales. Cuidemos nuestras aguas subterráneas.
El punto es no llegar al punto del no retorno. El punto es promover una conservación de la infraestructura verde. Ese es el punto.
Contacto: xicovegadirector@aaves.com.mx
Naciones Unidas. La importancia del Agua.