Fueron 36 años los que requirió el Jardín Botánico de Culiacán para codearse con los jardines botánicos más hermosos y conocidos del planeta, dicha mención lo pone a la altura de los imponentes jardines que se encuentran en Inglaterra, Singapur, Canadá, Noruega, Brasil y Argentina.
Por: Dr. Xicoténcatl Vega Picos
Letras de Vida | Dr. Xicoténcatl Vega Picos
En diversas partes del mundo se ha hablado del Jardín Botánico de Culiacán. La diversidad biológica en la actualidad enfrenta grandes retos. El más importante se relaciona con la extinción masiva de especies que, de acuerdo con expertos, ya la tenemos a la vuelta de la esquina. Estos procesos en el pasado provocaron la extinción del 99% de las especies que han habitado este planeta. Sin embargo, siempre se ha tendido un puente para la aparición de nuevas especies gracias a los diversos procesos evolutivos.
Hoy la especie humana arrastra a otras especies a un final sin retorno. En general podemos atribuirlo a las diversas actividades antropogénicas que se realizan en detrimento de los recursos naturales. Es importante el reconocer que se realizan esfuerzos para evitarlo. Por ejemplo, tenemos las áreas naturales protegidas. Estos espacios que se caracterizan por tener atributos naturales, estéticos o culturales que se encuentran bajo algún esquema de conservación.
Otra alternativa son los jardines botánicos. La historia de estos espacios se remonta a la dinastía Zhou, en China entre los años 1046 y 259 antes de la era cristiana. No fue sino hasta el año de 1545 cuando se acuña lo que es el concepto moderno de un “jardín botánico” con la construcción del Jardín Botánico de Padova, en Italia.
Actualmente son más de 2,500 jardines botánicos en el mundo. Se estiman que estos espacios albergan un poco más de 6 millones de plantas, que representan a más de 80 mil taxones, o el equivalente a un 25% de las plantas vasculares. Por ello su papel en la conservación es relevante. Sobre todo en la conservación ex situ.
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Probablemente para la mayoría de nosotros los jardines botánicos sean un espacio para la recreación. También en ellos se realiza investigación científica, intercambio de semillas o material genético, educación ambiental, albergan herbarios y bibliotecas y aportan valor estético o cultural, entre otros (Chen y Sun 2018).
En México CONABIO registra 40 jardines botánicos, todos ellos pertenecen al Botanic Garden Conservation International y como tal forman parte de la “Estrategia Global para la Conservación Vegetal”, que es un acuerdo en el marco del “Convenio de Diversidad Biológica de Río de Janeiro”. En Sinaloa nos representan el Jardín Botánico de Culiacán y el Jardín Botánico “Benjamín F. Johnston” en Los Mochis. Estos convenios implican diversas acciones encaminadas a la conservación de las especies vegetales. El mantener este registro no es fácil, pues requiere recursos económicos para cumplir con los compromisos que esto implica.
Me estoy saliendo del tema. El tema es que el pasado 4 de marzo la revista argentina “Lugares”, de periódico La Nación, ubicó al Jardín Botánico de Culiacán en el quinto sitio de los siete jardines botánicos “más lindos del mundo”.
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Fueron 36 años los que requirió el Jardín Botánico de Culiacán para codearse con los jardines botánicos más hermosos y conocidos del planeta, dicha mención lo pone a la altura de los imponentes jardines que se encuentran en Inglaterra, Singapur, Canadá, Noruega, Brasil y Argentina.
El Jardín Botánico de Culiacán es novel comparado con esos pares. Por ejemplo, el Royal Botanical Garden es del siglo 17, se extiende en una superficie de 120 hectáreas. En ellas se encuentran edificios que datan de esas fechas y manejan un presupuesto federal además de una cuota de 21 libras esterlinas ($572 pesos). Repito: tiene presupuesto y encima de eso un costo para entrar.
El de Culiacán recibe un insuficiente presupuesto del gobierno estatal y municipal. Se sostiene de las aportaciones y donativos y de las entradas y aun así se codea con lo más granado del planeta. Tenemos que dar el crédito y mérito a quien lo merece.
Desde luego que no ha sido fácil la tarea para llegar a ese selecto grupo de museos. Pues detrás de esto se encuentra un Plan Maestro. Un proyecto definido a la par del nacimiento del jardín. La idea era y es el maximizar los poco menos de 10 hectáreas que lo conforman en un sitio digno de los sinaloenses y lo están logrando.
Buscar soluciones a las deficiencias es lo mejor. Este espacio es un sitio del que debemos de sentirnos orgullosos los culiacanenses. Ser propositivos y dar soluciones para sumar es mejor que restar. Aportemos ideas y soluciones viables. Es tiempo de arropar al jardín botánico de Culiacán para el beneficio del colectivo y de los poco más de 300 mil usuarios y visitantes.
Contacto: xicovegadirector@aaves.com.mx
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Referencias
Chen G. and Sun W. 2018 (https://doi.org/10.1016/j.pld.2018.07.006)