Descubre un nuevo modelo de urbanismo que puede mejorar el entorno de vivienda y dar rentabilidad al comercio
Por: Manuel Vega
La estrategia de las Supermanzanas es una idea de reestructuración de la red vial que ayuda a mejorar y controlar el tráfico, así también el bajar su velocidad de circulación, para darle mayor seguridad a peatones usuarios de las vías y espacios públicos.
Este modelo también busca ayudar a generar más espacios públicos como áreas verdes o de estar, también ayudan a disminuir el ruido y el calor, ya que permiten el espacio a la plantación de más vegetación en espacio público.
Las supermanzanas son una forma de organizar el tejido urbano. Básicamente, reubican el espacio interior de un conjunto de manzanas para devolver a los vecinos parte del espacio que actualmente ocupan los vehículos privados.
Este modelo urbano lo propuso el catalán Salvador Rueda en 1987, con el principal objetivo de reducir el ruido de la ciudad.
Aunque Salvador Rueda tomó como base la idea que Idelfonso Cerda en 1859, que constaba de “manzanas” que agrupaban viviendas en un cuadrado dejando al interior espacio para jardín, parques o terrazas.
- Las supermanzanas se pueden conformar de 4 a 9 manzanas que estén juntas, siendo así las vialidades que recorran al interior de la supermanzana estas manejan una velocidad muy baja y normalmente estas calles serían solo de uso local.
- Siendo diferente con las vialidades que rodean a grupo de cuadras que estas si permitirán una mayor velocidad y manejan el tráfico diferente al local.
- Las calles dentro del interior de cada supermanzana no permiten al transporte motorizado alcanzar una velocidad alta, sino que pueda circular a una velocidad moderada que le permita convivir en el espacio con los peatones en un mismo espacio.
En estas calles, se pueden adaptar para darle mayor movilidad segura a peatones también en estos espacios, se pueden agregar más espacios verdes con arbolado y arbustos que mejoren la imagen urbana.
Este modelo de urbanización también puede ayudar a que la ciudad se expanda menos horizontalmente haciendo que crezca de manera vertical, también puede ayudar a re densificar en zonas donde no hay mucha población local.
En Barcelona crearon la primera supermanzana
La ciudad donde se ha implementado este modelo principalmente es Barcelona:
La primera supermanzana se implementó en el barrio de La Ribera (el Born / Santa María del Mar) en 1993. Tras un primer rechazo por parte de los vecinos y comerciantes minoristas, hoy es una de las zonas más atractivas de la ciudad.
En 2006 se implantaron dos supermanzanas en la Vila de Gràcia (Barcelona). También con mucho rechazo al inicio (150 reuniones, 85 de ellas nocturnas, permiten llegar a la aceptación de la propuesta inicial).
La calidad de vida alcanzada en las supermanzanas construidas es tal que hoy sería materialmente imposible revertirla y volver al punto de partida con coches por todas partes.
Tuvieron que pasar 10 años para implementar la supermanzana en Poblenou, en tejidos del Eixample. Se trata de una supermanzana de la nueva era, enmarcada en el Plan de Movilidad Urbana de Barcelona.
Es una supermanzana funcional en un lugar de baja densidad (1.500 vecinos) que se ha utilizado para ensayar las soluciones internas de las supermanzanas del Eixample.
El derecho al desplazamiento, que es el derecho preponderante en las supermanzanas funcionales, se garantiza habiendo sustituido la mayor parte del espacio dedicado a los coches por espacio para peatones y bicicletas.
Aunque este tema siempre causa ruido a comerciantes o locatarios, es un buen modelo urbano que ayuda a generar mayor seguridad otorgando más espacio a distintos usuarios como peatones, ciclistas entre otros.
También trae consigo la oportunidad de redensificar zonas donde la población es baja.
Si este modelo pudiera implementarse en Culiacán, Sinaloa, en zonas donde hay mucho movimiento de peatones que comparten el espacio público con otras modalidades de transporte motorizado, como el centro.
Así se daría espacio a calles peatonales o daría mucho más espacio seguro a los caminantes, lo que aumentaría en más usuarios que circularían por las calles y beneficiaría a los distintos negocios.
También se pudiera aumentar la población residente de esta zona donde es muy baja.
Y aunque este tema puede causar algunas discusiones o el rechazo de la misma propuesta, esta idea sí puede beneficiar mucho a la ciudad.