Analicemos la importancia de la Calidad del aire para nuestras vidas
Por: Salvador Martinez
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (2022) a los efectos combinados de la contaminación del aire ambiente y la del aire domestico se le atribuyen 6,7 millones de muertes prematuras cada año.
Mientras que el Institute for Health Metrics and Evaluation (2023) ubicó a la contaminación del aire como la cuarta causa de muerte en el mundo.
La exposición a altos niveles de contaminación del aire puede causar una variedad de efectos adversos para la salud: aumenta el riesgo de infecciones respiratorias, enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares y cáncer de pulmón (OPS, 2019).
En México la mortalidad por enfermedades pulmonares crónicas obstructivas es la novena causa de muerte según el INEGI (2023) con 9,394 defunciones en 2022 y 9,953 en 2023.
Mientras que el Instituto Mexicano de la Competitividad (2023), coloca a Sinaloa como el sexto estado de la República con mayor morbilidad por enfermedades respiratorias.
En un informe del Banco Mundial (2022) se estimó que el costo de los daños a la salud causados por la contaminación atmosférica asciende a USD 8.1 billones al año, lo que equivale al 6.1 % del producto interno bruto (PIB) mundial.
La contaminación del aire significa elevados costos para la economía, la productividad laboral, la atención sanitaria y el turismo.
En Sinaloa las fuentes móviles carretera son la primera fuente emisora de monóxido de carbono (CO), 71%. Y la segunda fuente emisora de óxidos de nitrógeno (NOx), 34% (PROAIRE, 2018).
Sin embargo, según la Agencia de Protección al Ambiente (2023) las partículas suspendidas PM 10 y PM 2.5 son uno de los contaminantes más tóxicos para la salud humana y pueden provenir de los automóviles, camiones, fábricas, quema de madera, residuos, cultivos y otras actividades.
Por otro lado, un estudio del Banco Mundial (2023) concluyó que las PM2.5 derivada de la quema de combustibles fósiles (por ejemplo, la combustión de carbón o las emisiones de vehículos que utilizan diésel) se encuentra entre los tipos de PM2.5 más tóxicos.
Por esa razón el principal propósito de la gestión de la calidad del aire, es proteger la salud de la población realizando registros de las concentraciones de los contaminantes medidos en estaciones que conforman los sistemas de monitoreo atmosférico.
Estos contaminantes son por ejemplo partículas suspendidas PM10 y PM2.5, ozono (O3), monóxido de carbono (CO), bióxido de azufre (SO2) y bióxido de nitrógeno (NO2) (PROAIRE, 2018).
Emisiones de Gases de efecto invernadero (GEI)
Además de los efectos a la salud por la contaminación del aire, por otro lado, se encuentra la emisión de gases de efecto invernadero (GEI) que aceleran el calentamiento global.
- Es el transporte el segundo sector que más contribuye a las emisiones a nivel mundial con un 14.2% de las emisiones totales en 2018 y dentro del sector, los vehículos de pasajeros son los que más contribuyen con un (45%), seguidos por los vehículos de carga (29%).
- México se encuentra entre los primeros 10 lugares mundiales en cuanto a emisiones de GEI en el sector transporte (World Resourses Institute, 2022).
- De acuerdo con la última actualización del Inventario Nacional de Emisiones de Gases y Compuestos de Efecto Invernadero (INEGYCEI), en 2021 el sector transporte tuvo una emisión de 158 millones de toneladas de CO2.
- La categoría con mayor contribución de emisiones fue el autotransporte con un 88.1%, seguido del sector agropecuario con 6.0%, la aviación civil con 3.3%, los ferrocarriles con 1.3%, la navegación marítima y fluvial con 1.0% y finalmente la construcción con 0.3% de las emisiones (INECC, 2024).
Según el Plan Estatal de Cambio Climático de Sinaloa (2012) en el periodo de 1990-2010, la segunda emisión de Gases de Efecto Invernadero (GEI) más importante del estado corresponde al sector transporte, en el cual automóviles y motocicletas representaron el 26% de las emisiones, seguido por camiones para servicio pesado y autobuses con el 25%.
En conjunto, el sector del transporte terrestre (automóviles, motocicletas, camiones para servicio pesado y autobuses) representa el 51% de las emisiones generadas en el sector energía.
Los productos derivados de la combustión de combustibles fósiles como la gasolina y el Diesel agrupan al dióxido y monóxido de carbono (CO2 y CO respectivamente), dióxido de azufre (SO2), óxidos de nitrógeno (NOx) y diverso material particulado (Instituto Mexicano del Transporte, 2014).