La historia y tradiciones de las Fiestas Patrias en México
Por: Jacqueline Sánchez Osuna
Para los mexicanos casi todo es FIESTA. Está en su sangre querer pasar las tardes o fines de semana en familia, celebrar por cualquier ocasión y crear recuerdos inolvidables con sus seres queridos.
Sobretodo en las fechas del mes de septiembre, donde recuerdan con gran emoción y orgullo el día en que la guerra por la Independencia del país comenzó.
Un poco de contexto histórico
Muchas veces ya han contado esta historia en las clases de primaria, secundaria y hasta bachillerato. Sin embargo, no está de más darle un repaso a estos hechos históricos y darle la importancia que se merece.
La noche entre el 15 y 16 de septiembre del año 1810 se conmemora el grito de Independencia, en el que el cura Miguel Hidalgo y Costilla convocó al pueblo de Dolores, Hidalgo a levantarse en armas contra los españoles que dominaban en esa época y mantenían en esclavitud al pueblo mexicano.
Así, con el repique de campanas de su iglesia, se dió inicio a la incansable lucha para poder libertar nuestra patria y volvernos una nación independiente, guerra que culminó el 27 de septiembre de 1821 cuando el Ejército Trigarante, liderado por Agustín de Iturbide, entró a la Ciudad de México triunfante sobre los españoles.
Aunque el grito se registra entre esas fechas, la fecha oficial de celebración, indicada en la Ley del Trabajo y por mandato presidencial, es el 16 de septiembre, fecha de asueto y descanso obligatorio para los mexicanos.
La celebración actual
Cada año, desde 1896, se conmemora ese día tan especial haciendo fiestas muy grandes. La celebración comienza con un discurso por el presidente actual en el Palacio Nacional incluyendo un repique de campanas simbolizando el del cura Miguel Hidalgo.
A continuación se da el grito de Independencia e inicia una fiesta inmensa. En todas partes de la república pueden encontrar kermeses y convivios abiertos para todo el público, decoraciones mexicanas muy llamativas y bailes originarios de México por todas partes.
Un ejemplo muy bonito es la celebración que toma lugar en el zócalo de Puebla, en el centro de la ciudad.
Las calles principales están adornadas de muchas luces con colores de la bandera mexicana; en el zócalo podemos ver diversas figuras iluminadas, dándole ese toque alegre e iluminado a la zona.
a su vez, a partir de este un proyecto toma lugar en el ayuntamiento de Puebla: una animación gigante, del tamaño del edificio, es proyectada en la noche, narrando la historia de la Independencia desde el origen de la guerra hasta la firma del Plan de Iguala.
Alrededor también podemos encontrar diversos puestos de comida tradicional, en donde podemos degustar platos típicos como las pelonas, los elotes, esquites, tacos, chalupas, tostadas, buñuelos, chile-atole, café, etc. No olvidemos la clave del ambiente: la música. Pequeños y grandes artistas se hacen presentes y nos deleitan con diversos números artísticos, canciones, bailes y actuaciones memorables.
Las fiestas continúan, y aunque no sea septiembre, celebrar por la libertad e independencia del país no debe verse limitado por fechas. Que el gran ambiente y alegría inunden los corazones y familias y que todos vivan la magia de ser mexicano.