Conoce una joya colonial llena de historia y tradición.
Por: Jacqueline Sánchez Osuna
La ciudad de Puebla, fundada en 1531, es una de las joyas coloniales de México, reconocida por su rica historia y herencia cultural.
A lo largo de los siglos, aún se pueden encontrar varios elementos de la arquitectura y tradiciones que han logrado sobrevivir, integrándose en la vida moderna de la ciudad.
Estos elementos no solo hablan de su historia, sino que también reflejan la capacidad de la ciudad para mantener viva su identidad a través del tiempo. A continuación, se destacan algunos de los aspectos más emblemáticos que han perdurado en Puebla.
Tesoros que resisten el tiempo
La arquitectura colonial es uno de los aspectos más notables de Puebla que ha resistido el paso del tiempo. El centro histórico de la ciudad, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1987, alberga una impresionante colección de edificios coloniales que datan de los siglos XVI y XVII.
Entre ellos, destaca la majestuosa Catedral de Puebla, cuyo imponente diseño barroco y sus torres de 70 metros de altura siguen dominando el horizonte de la ciudad. Otros ejemplos incluyen la Iglesia de Santo Domingo, con su famosa Capilla del Rosario, considerada una de las obras maestras del barroco novohispano.
Estas estructuras no solo son testimonio de la habilidad arquitectónica de la época, sino que también siguen siendo espacios vivos, utilizados para eventos religiosos, culturales y sociales que mantienen su relevancia en la vida diaria de los poblanos.
La talavera es una tradición artesanal
La talavera poblana es una de las tradiciones artesanales más antiguas y emblemáticas de Puebla. Introducida por los colonizadores españoles en el siglo XVI, esta cerámica vidriada ha sobrevivido a lo largo de los siglos, convirtiéndose en un símbolo cultural de la ciudad.
La talavera es conocida por sus diseños únicos y su proceso de fabricación, que sigue las técnicas tradicionales de origen árabe-español.
La gastronomía trasciende a través del tiempo
La gastronomía de Puebla es famosa a nivel mundial, y muchos de sus platillos tradicionales han perdurado a través de los siglos, conservando su esencia y sabor original.
Entre ellos, el mole poblano es quizás el más icónico, aparte del conocido Chile en Nogada. Este complejo platillo, que mezcla chiles, especias, chocolate y otros ingredientes, tiene sus raíces en la época colonial y sigue siendo un pilar de la cocina local.
El mole no solo se sirve en festividades y eventos importantes, sino que también forma parte del menú cotidiano de muchos hogares y restaurantes poblanos.
Este tipo de tradiciones funcionan como un reflejo de la profunda cultura que ha perdurado para los poblanos y también un testimonio de cómo las costumbres coloniales han sido transmitidas de generación en generación, manteniéndose vivas en la Puebla moderna y puedes observarlas cualquier día que decidas visitar esta diversa ciudad.