En Tus Buenas Noticias te compartimos una selección de corridos más populares de la Revolución Mexicana
Por: Faviola Manjarrez
El corrido nació en siglo XIX durante la época de la independencia y su fama aumentó durante la Revolución Mexicana (1910-1920), en un corrido se relatan las aventuras de los revolucionarios y sus líderes.
En Tus Buenas Noticias te compartimos una selección de corridos más populares de la Revolución Mexicana.
La carabina 30-30
Carabina 30-30 que los rebeldes portaban
Y decían los federales
Que con ella no mataban
Con mi 30-30 me voy a marchar
A engrosar las filas de la rebelión
Si mi sangre piden, mi sangre les doy
Por los habitantes de nuestra nación
Gritaba Francisco Villa
Donde te hallas, argumedo?
Ven párate aquí adelante
Tu que nunca tienes miedo
Ya nos vamos pa' chihuahua
Ya se va tu negro santo
Si me quiebra alguna bala
Ve a llorarme al campo santo
Autor(Genaro Nunez)
Corrido de Felipe Ángeles
En 1920
Señores, tengan presente
Fusilaron en Chihuahua
A un general muy valiente
En el Cerro de la Mora
Le tocó la mala suerte
Lo tomaron prisionero
Lo sentenciaron a muerte
Ángeles mandó un escrito
Al Congreso de la Unión
A ver si lo perdonaba
Y alcanzaba salvación
Pero no le permitieron
Por ser un reo militar
Y dijo a sus compañeros
Ya me van a fusilar
Cantaba una palomita
Cuando estaba prisionero
Se acordaba de sus tiempos
Cuando él era guerrillero
De artillero, comenzó
Su carrera militar
Dentro de poquito tiempo
Llegó a ser un general
El reloj marca sus horas
Se llegó la ejecución
Preparen muy buen sus armas
Apúntenme al corazón
Yo no soy de los cobard
es
Que le temen a la muerte
La muerte no mata a nadie
La matadora es la suerte
Ya con esta me despido
Por las hojas de un hogar
Fusilaron en Chihuahua
A un valiente general
Autor. Samuel M. Lozano
Corrido General Emiliano Zapata
Con mi guitarra en la mano
voy a cantar el corrido,
de un general afamado.
por todos muy conocido
Nació Emiliano Zapata
en un risueño pueblito
del estado de Morelos
que se llama Anenecuilco
En mil novecientos once
en armas se levantaba
ahí en la Sierra Suriana
Don Emiliano Zapata.
Militaban en sus filas
Perdomo, que era el primero,
el temerario Varona
Y el valiente Genovevo
Detrás de los tecorrales,
Con su gente bien armada
luchaba contra Carranza
defendiendo el Plan de Ayala
Montaba brioso caballo
que era de muy buena alzada
un cuaco lobo gateado
con herraduras de plata
En Chinameca murió
el agrarista suriano,
por la villana traición
del carrancista Juan Carlos
Ya con esta me despido,
Ya me voy por el sendero
Aquí se acaba el corrido
Del valiente guerrillero
Y Don Eufemio Zapata
Y el general Salazar
Los dos hermanos Arenas
Y don Jesús Capistrán
El Centauro del Norte
Por fin mi México escuchó Francisco Villa
De que tu nombre en el olvido no quedara
Con letras de oro se verá toda la vida
Para el orgullo de Durango y de Chihuahua
Ya aquellas aves comprendieron sus pesares
Y de este pueblo su plegaria se ha escuchado
Verán tu nombre junto de los inmortales
Con letras de oro en el recinto más sagrado
Lloré, lloré, lloré de ver que no era nada
La tumba abandonada que conocí en Parral
Lloré, lloré, lloré como esas avecillas
Pidiendo Pancho Villa te hicieran inmortal
Ya nadie niega tus valores Pancho Villa
En cada letra de tu nombre una batalla
Cada soldado para ti fue garantía
En Zacatecas, en Torreón y en Chihuahua
Vuelen jilgueros, dígale a Francisco Villa
Que allá en su tumba le hacen guardia los cenzontles
Y son tan fuertes sus cantares de alegría
Que lo repiten las montañas y los montes
Vuelen jilgueros, dígale a Francisco Villa
Que allá en su tumba le hacen guardia los cenzontles
Y son tan fuertes sus cantares de alegría
Que lo repiten las montañas y los montes
Vuelen jilgueros, dígale a Francisco Villa
Que allá en su tumba le hacen guardia los cenzontles
Y son tan fuertes sus cantares de alegría
Que lo repiten las montañas y los montes
Aquella vez lloré, rezando una plegaria
En la tumba abandonada que conocí en Parral
Ahora cantaré, no escucharán mi lloro
Porque al centauro de oro lo hicieron inmortal
Autor. José Albarrán Martínez
Siete Leguas
Siete leguas el caballo
Que Villa más estimaba
Cuando oía silbar los trenes
Se paraba y relinchaba
Siete leguas, el caballo
Que Villa más estimaba
En la estación de Irapuato
Cantaban los horizontes
allí combatió formal
La brigada bracamontes
En la estación de Irapuato
Cantaban los horizontes
Oye tú, Francisco Villa
Qué dice tu corazón?
Ya no te acuerdas valiente
Cuando tomaste a Torreón
Ya no te acuerdas valiente
Que atacaste a paredón
Como a las tres de la tarde
Silbó la locomotora
Arriba, arriba muchachos
Pongan la ametralladora!
Como a las tres de la tarde
Silbó la locomotora
Adiós torres de Chihuahua
Adiós torres de cantera
Ya vino Francisco Villa
A quitarles lo Pantera
Ay vino Francisco Villa
A devolver la Frontera!
Autor (Graciela Olmos)
La cucaracha
La Cucaracha, la cucaracha,
ya no puede caminar,
porque no tiene, porque le falta,
marihuana que fumar.
Ya se van los carrancistas,
ya se van por el alambre,
porque dicen los villistas,
que se estarán muriendo de hambre.
Pobrecito de Madero,
casi todos le han fallado,
Huerta el ebrio bandolero,
es un buey para el arado.
La Adelita
En lo alto de la abrupta serranía
Acampado se encontraba un regimiento
Y una novia que valiente los seguia
Locamente enamorada del sargento
Popular entre la tropa era adelita
La mujer que el sargento idolatraba
Y además de ser valiente era bonita
Y hasta el mismo coronel la respetaba.
Pues sabía que decía
Aquel que tanto la quería
Adelita, se llama la joven
A quien yo quiero y no puedo olvidar
En el mundo, yo tengo una rosa
Que, con el tiempo, la voy a cortar
Si Adelita quisiera ser mi novia
Y si Adelita fuera mi mujer
Le compraría un vestido de seda
Para llevarla a bailar al cuartel
Una noche en que la escolta regresaba
Conduciendo entre sus filas al sargento
En la voz de una mujer que sollozaba
La plegaria se escuchó en el campamento
Al oírla, el sargento temeroso
De perder para siempre a su adorada
Ocultando su emoción bajo el embozo
A su amada le cantó de esta manera
Y se oía que decía
Aquel que tanto la quería
Si Adelita se fuera con otro
Le seguiría la huella sin cesar
Si por mar, en un buque de guerra
Si por tierra, en un tren militar
Soy soldado y la patria me llama
A los campos que vaya a pelear
Adelita, Adelita de mi alma
No me vayas, por Dios, a olvidar
Y después que terminó una cruel batalla
Y la tropa abandonó su campamento
Por las bajas que causara la metralla
Muy diezmado, regresaba el regimiento
El sargento recordando los quereres
Los soldados que volvían de la guerra
Recriándoles su amor a otras mujeres
Entonaban este himno de la guerra
Y se oía que decía
Aquel que tanto la quería
Y si acaso yo muero en campaña
Y mi cadáver, en el campo, va a quedar
Adelita, por Dios, te lo ruego
Que, con tus ojos, me vayas a llorar
Toca el clarín de campaña a la guerra
Salga el valiente guerrero a pelear
Correrán los arroyos de sangre
Que gobierne un tirano jamás
Que si Adelita quisiera ser mi novia
Y si Adelita fuera mi mujer
Le compraría un vestido de seda
Para llevarla a bailar al cuartel
La toma de Zacatecas
Era el veintitrés de junio,
hablo con los más presentes,
fue tomado Zacatecas
por las tropas de insurgentes.
Ya tenían algunos días
que se estaban agarrando
cuando llegó Pancho Villa
a ver qué estaba pasando.
Las órdenes que dio Villa
a todos en formación,
para empezar el combate
al disparo de un cañón.