¿Cómo son las máscaras que se usan en la danza del jaguar?

La máscara de jaguar es uno de los elementos más importantes en la danza del jaguar, una de las más famosas tradiciones prehispánicas

Por: Raúl Durán

La danza del jaguar es una de las costumbres y tradiciones prehispánicas que forman parte de la identidad de México, y que todavía se practica en la actualidad en algunas regiones del país. Entre sus elementos más característicos destaca la máscara del jaguar, de la que hablaremos aquí.

También conocida como danza de los Tlacololeros, la danza del jaguar forma parte de un conjunto de ritos que se inspiran en creencias antiguas relacionadas con la figura del jaguar, considerada una deidad totémica, dual, protectora y a la vez amenazante.

Suele llevarse a cabo a principios de mayo, de acuerdo con la tradición de los pueblos originarios, con el propósito de honrar a Tláloc, el "dios de la lluvia", a fin de asegurar una buena temporada de cosechas, y consiste en representar el momento de la captura del jaguar.

¿Cómo es la máscara de jaguar?

Para ello, la persona que interpreta al jaguar en la danza se coloca una máscara de jaguar, la cual generalmente se encuentra tallada en madera de pino, colorín, o confeccionada en tela o cuero, a los que luego se les pinta con diversos productos y técnicas para obtener el efecto de la piel del jaguar.

En algunas ocasiones, las máscaras de jaguar cuentan con ornamentos como púas de jabalí, dientes naturales de animales, espejos en la cuenca de los ojos o cuero, con el fin de darle un aspecto más impactante.

Para llevar a cabo el rito de la danza del jaguar se necesitan 16 bailarines en total: 14 que representan a los campesinos y 2 que representen al jaguar y pitero, los cuales son perseguidos por los humanos al considerarlos un peligro para sus cosechas y ganados.

Hacia el final de la danza, los campesinos capturan al jaguar para entregarlo a los Tlacololeros, quienes se encargan de darle su merecido para que no vuelva a representar una amenaza.

La danza del jaguar es una tradición que todavía se practica en la actualidad, especialmente en la región de Guerrero, pero también se practica en otros estados del centro y sur de México, como Chiapas, Estado de México, Morelos, Oaxaca y Puebla.