Día de la Candelaria: La historia detrás de los tamales y su conexión con el maíz sagrado
Por: Juan Andrés Gastélum Valle
El 2 de febrero celebramos el Día de la Candelaria y también es cuando las personas que encontraron el Niño Dios en su rebanada de rosca deben cumplir con la tradición e invitar a esas mismas personas que estuvieron con ellos a comer tamales.
En Tus Buenas Noticias te explicamos de donde viene la tradición de comer tamales el 2 de febrero
Por qué se comen tamales el 2 de febrero
La costumbre de comer tamales el Día de la Candelaria tiene sus orígenes en una combinación de tradiciones prehispánicas y católicas, fusionadas a lo largo de la historia tras la colonización de México. Esta práctica tiene un trasfondo tanto religioso como cultural, y es un ejemplo de cómo las creencias indígenas y cristianas convergieron para formar una misma tradición.
En las culturas mesoamericanas, como la mexica y la maya, el maíz era considerado un alimento sagrado, ya que era la base de su dieta y un elemento central en su cosmovisión. Según los mitos de creación, como el del Popol Vuh (de los mayas), los dioses moldearon al ser humano a partir del maíz. Los tamales, elaborados con masa de maíz, eran un alimento común en las ceremonias y ofrendas a los dioses.
Durante las festividades dedicadas a Tláloc, dios de la lluvia, y Chalchiuhtlicue, diosa de los lagos y los ríos, se ofrecían tamales como parte de los rituales para agradecer las cosechas y pedir buenas lluvias. Estas celebraciones coincidían con el calendario agrícola, en el que el maíz jugaba un papel central.
Con la llegada de los españoles y la evangelización, las tradiciones indígenas se adaptaron a las festividades cristianas. El 2 de febrero, conocido como el Día de la Candelaria, marca la presentación del Niño Jesús en el templo y la purificación de la Virgen María, según el calendario litúrgico católico.
En México, esta celebración se vinculó al Día de Reyes (6 de enero). Quien encuentra la figura del Niño Jesús en la rosca de reyes asume el compromiso de organizar una fiesta el 2 de febrero, ofreciendo tamales y atole. Este gesto simboliza la continuidad de las celebraciones navideñas y el espíritu de comunidad.
Los tamales, como alimento sagrado en las culturas prehispánicas, encontraron un lugar natural en las festividades católicas. Su preparación y consumo durante el Día de la Candelaria representan una fusión perfecta entre el simbolismo religioso cristiano y las prácticas espirituales indígenas. Además, su carácter comunitario refuerza los lazos familiares y sociales, convirtiéndolo en un evento significativo en la vida cultural mexicana.
Por lo tanto, cada vez que compartimos tamales el Día de la Candelaria, celebramos una tradición que es tanto una herencia de nuestros ancestros como un reflejo de la riqueza cultural de México.