Pasear por las calles empedradas de Coyoacán es un viaje a donde la historia, la cultura y la magia se entrelazan en armonía
Por: Francisco Castro
En el sur de la Ciudad de México, donde las jacarandas pintan el cielo de violeta en primavera y los mercados llenan el aire de colores y aromas, se encuentra Coyoacán, un barrio lleno de vida y memoria.
Su nombre, que en náhuatl significa “lugar de coyotes”, recuerda a una conexión ancestral con la tierra.
Coyoacán no es un barrio cualquiera, sino un espacio que encapsula la esencia de la Ciudad de México. Este barrio de la Ciudad de México fue en su tiempo uno de los puntos clave de Tenochtitlán, y más tarde el primer hogar de Hernán Cortés, tras la caída del imperio mexica.
Las flores de Coyoacán
Lugares como la Plaza Hidalgo y el Jardín Centenario representan el corazón del barrio, y un punto de encuentro para artistas, familias y viajeros.
Bajo las sombras de los árboles centenarios, podrás escuchar guitarras, risas y conversaciones, núcleo de la vida cotidiana. Podrás encontrar todo tipo de gastronomía rodeando la plaza, desde tradicionales tacos hasta comida internacional.
A solo unos metros podrás encontrar el Museo Frida Kahlo, más conocido como “La Casa Azul”, que te invita a sumergirte en el universo de una de las artistas más icónicas de México.
El legado de Frida Kahlo y Diego Rivera es solo el principio, pues a sus alrededores se encuentra también el Museo León Trotsky, la Fonoteca Nacional y un sin fin de galerías independientes.
Un legado de autenticidad
Coyoacán es más que un barrio, es una experiencia. Un barrio mágico que respira magia e historia. En el Día de Muertos, sus calles se pintan con flores, altares y procesiones que reflejan la conexión entre la vida y la muerte dentro de la cultura mexicana.
Hablamos de un barrio que tiene historias que contar, tal como un buen libro. Representa la capacidad de conservar su identidad a través del tiempo, un símbolo de que la tradición y la modernidad pueden coexistir en el mismo espacio.
En cada esquina de este bello barrio vive una lección de autenticidad, de resiliencia y de orgullo por sus raíces. Coyoacán no solo te invita a visitarlo, sino a dejarte inspirar por su magia, y llevarte un pedacito de su esencia en tu corazón.