Por: Verónica Medina
El 6 de agosto de 1881 nació Alexander Fleming, un científico que dedicó su vida a la investigación y que, como consecuencia de un olvido, hizo uno de los descubrimientos más importantes de la medicina: la penicilina. Este antibiótico que ha salvado millones de vidas también le permitió conseguir el premio Nobel de Medicina en 1945.
El descubrimiento de la penicilina en 1928 por el escocés Alexander Fleming es el caso de serendipia o descubrimiento accidental más importante de la historia. Todo ocurrió cuando el científico escocés se fue de vacaciones y olvidó una placa de cultivo bacteriano donde, por casualidad, creció un hongo. A su regreso ¡eureka!, se topó con el hallazgo científico del siglo sin el que Fleming, a pesar de ser un brillante investigador, no habría sido más que una nota a pie de página en la historia de la microbiología médica.
Alexander Fleming nació el 6 de agosto de 1881 cerca de Darvel en Ayrshire, Escocia. Fue el tercero de los cuatro hijos fruto del segundo segundo matrimonio de su padre. Tras estudiar en varios institutos escoceses, el joven Alexander se trasladó a Londres con trece años, donde vivió con su hermano Thomas, quien estudiaba medicina. Tras completar su educación en el Instituto Politécnico de Regent Street, trabajó durante cuatro años en una compañía naviera hasta que, en 1901, a sus 20 años, heredó una pequeña suma de dinero de su tío John Fleming. Fue Thomas, que por entonces ya era médico, quien convenció a su hermano de que ingresara en la St. Mary's Hospital Medical School en Paddington, Londres, para que cursara la misma carrera que él. En 1906, Alexander se graduó en medicina y cirugía.
Lee también: ¿A cuántos culichis les queda una Farmacon a 5 minutos caminando?En 1922, Fleming descubrió la lisozima, una enzima bactericida que impide las infecciones y que se halla presente en numerosas sustancias segregadas por los seres vivos, como las lágrimas, la saliva o las secreciones nasales y que actúa como una barrera contra las infecciones. El hallazgo fue muy importante ya que demostraba la posibilidad de que existieran sustancias que, siendo inofensivas para las células del organismo, resultaban letales para las bacterias.
Sobre su famoso descubrimiento, Fleming dijo una vez: "A veces uno encuentra lo que no está buscando. Cuando me desperté justo después del amanecer del 28 de septiembre de 1928, desde luego no planeaba revolucionar todos los medicamentos al descubrir el primer antibiótico del mundo, o el asesino de bacterias. Pero supongo que eso fue exactamente lo que hice".
Así, cuando regresó de sus vacaciones en 1928, Fleming estudió las mutaciones en los cultivos de estafilococos que había dejado apilados en un rincón de su laboratorio. Observó que habían sido accidentalmente contaminados por un hongo.
Lee también: A través de las lágrimas doctores podrán detectar enfermedadesLas colonias de estafilococos que rodeaban al hongo habían sido destruidas, mientras que otras colonias de estafilococos más lejanas estaban intactas. Fleming hizo crecer el moho en un cultivo puro y descubrió que producía una sustancia que mataba a varias bacterias causantes de enfermedades. Identificó el moho como perteneciente al género Penicillium y, después de algunos meses de llamarlo "jugo de moho", el 7 de marzo de 1929 llamó a la sustancia penicilina.
Fleming realizó varios experimentos destinados a establecer el grado de susceptibilidad, sensibilidad o resistencia de una bacteria al caldo de cultivo de una amplia gama de bacterias patógenas y observó que muchas de ellas eran rápidamente destruidas.
Ocho meses después de sus primeras observaciones, Fleming publicó los resultados en una memoria que aún hoy se considera un clásico en la materia, pero a la que por entonces no se prestó demasiada atención. Pese a que Fleming comprendió desde un principio la importancia del fenómeno de la antibiosis (una interacción biológica que consiste en la imposibilidad de que unos organismos vivan en las inmediaciones de otros, debido a que unos segregan una sustancia, llamada antibiótico, que provoca la muerte de los otros) que había descubierto, la penicilina todavía tardó quince años en convertirse en un medicamento de uso universal. En 1944, Alexander Fleming fue nombrado sir y en 1945 recibió el Premio Nobel de Medicina, que compartió con Howard Florey y Ernst Boris Chain, que también realizaron sus trabajos en este campo.
Tras toda una vida dedicada a la investigación, Alexander Fleming, el padre de la penicilina, murió el 11 de marzo de 1955 a los 74 años de edad en su casa de Londres tras sufrir un ataque al corazón. Su cuerpo fue enterrado como un héroe nacional en la cripta de la catedral de San Pablo, en la misma ciudad donde desarrolló su carrera y que lo vio morir.