¡Admirable! A sus 95 años Don Alfonso vende frutas y verduras en Culiacán, es ejemplo de tenacidad y fuerza de voluntad

La edad no es un obstáculo para que Don Alfonso Noriega Medina se levante temprano a comprar frutas y verduras que vende por las calles en su triciclo

Por: Juan Madrigal

Culiacán, Sinaloa.- Alfonso Noriega Medina tiene 94 años. Posee también una memoria prodigiosa, una envidiable salud y muchas fuerzas para seguir trabajando y vivir en plenitud. Cada mañana se levanta con mucho entusiasmo para ir a comprar frutas y verduras que ofrece casa por casa en su triciclo.

Desde hace más de 10 años se dedica a vender frutas y verduras. Sobre su fiel compañero el triciclo, recorre todos los días algunas calles del sur de Culiacán. Con esa dinámica ofrece a sus clientes cebolla, pepino, cilantro, plátano, calabaza, tomate, limones, papas, aguacate, entre otros productos frescos y de calidad. “Empecé vendiendo en una carretilla y al tiempo me compré el triciclo”, comenta con entusiasmo.

Don Alfonso nunca le huyó al trabajo 

Medina Noriega, señala que desde niño ha sabido ganarse la vida, revela que junto a su padre le tocó arar y cultivar la tierra en Elota, lugar donde nació y que le brindó muchas satisfacciones, recuerda con añoranza.

Además, durante toda su vida ha realizado un sinfín de oficios, como trabajar en la construcción de carreteras y hasta laboró en la edificación de la presa Aurelio Benassini “El Salto”, que se ubica a 132 kilómetros al noroeste de Mazatlán.

El adulto mayor revela que su edad no es un obstáculo para levantarse todos los días temprano e ir al Mercado de Abasto a surtir su mercancía, para luego transitar las calles en su labor de comerciante, hasta cubrir esa ruta que se fijó desde hace años.

Pone a prueba los límites de la vejez. El oficio de Don Alfonso no es fácil como parece, durante el trayecto que recorre todos los días, automovilistas se frenan y esperan pacientemente a que pase de un extremo a otro de la calle, pues en ocasiones se desorienta y zigzaguea de un lado a otro, pero esa pasión de seguir trabajando es más fuerte, pues no desiste en cumplir su jornada laboral que culmina cerca de la cinco de la tarde.

El humilde abuelito es amado como un ejemplo a seguir, es una joya con su labor, es un excelente señor en comunidad a quien admiran y siempre lo apoyan comprándole el producto que comercializa.

“Es un ejemplo, para todos Don Alfonso, en ocasiones salgo de la casa desmotivada y al ver el ánimo que siempre trae, hace que de inmediato me ponga las pilas. Muchos vecinos que ya lo conocemos, admiramos esa fuerza que tiene para seguir trabajando. Siempre lo apoyamos al comprarle la fruta y la verdura y hasta le damos su propina”, expresa Karla Morales, vecina de la colonia Lázaro Cárdenas.

Don Alfonso el próximo 25 junio cumplirá 95 años y asegura sentirse bien como para seguir trabajando y comenta que gran parte de sentirme al “cien” es porque ha estado laborando constantemente. Además, revela que parte del secreto de gozar buena salud y de su longevidad, es comer saludable y siempre estar activo. “En ocasiones se me baja la presión, pero me tomo una pastillita y de inmediato estoy como si nada”, manifiesta entre risas el adulto mayor.

Actualmente, vive con una hermana, en el bulevar de las Minas, (Calle ancha) en la colonia CNOP. Tiene tres hijos, quienes viven en Tijuana. Confiesa que le dicen algunos familiares que deje de trabajar por su edad, pero asegura que jamás lo haría, porque además de sentirse productivo, lo mantiene enérgico. “Un sobrino me dice que me va a mandar dólares, para que ya no trabaje, pero dejar de hacerlo sería mi muerte, como dicen. Muchos adultos mayores se enferman cuando están en casa, porque no tienen en qué ocuparse y su mente se deteriora”, comenta el admirable señor.

“Trabajar me hace sentir independiente y hasta contento. Nada me detiene en seguir trabajando, oigo bien, veo bien, razono bien, no tengo la mente hueca (risas). Mientras Dios me siga dando fuerzas, yo seguiré trabajando”, confiesa con una alegre voz.

Don Alfonso nos deja en claro que no importa la edad cuando realmente se desea ser productivo y no depender de nadie. La vejez no está en la edad, sino en el corazón. En su triciclo Don Alfonso empuja el carretón de su vida, en cada rodado va su fuerza de voluntad y el cariño de sus clientes es su motor y alegría.