Diciembre: Nuevos comienzos…nuevas oportunidades

Por: Víctor Pérez

Culiacán, Sinaloa.- Recuerdo con mucha nostalgia y cariño las fechas decembrinas durante mi infancia; la casa de mis padres era pintada de un color diferente, el clásico pinito navideño y las series de focos de colores se ponían en una esquina para el deleite de propios y visitantes, así mismo, de un pequeño nacimiento dibujado por un servidor, en la parte inferior del árbol, finalizaba la escenografía decembrina familiar.

El mantel navideño puesto sobre la mesa del comedor, era otro recordatorio de esa fecha que parecía culminar de manera perfecta, todo el devenir que durante casi un año, nuestra familia había experimentado hasta esos momentos.

Pero, fuera de las luces, los regalos –que siempre estuvieron presentes-, y de la deliciosa cena navideña –con todo y buñuelos de azúcar y canela-, algo que me marcó desde pequeño fue, lo que en alguna ocasión me dijo mi padre, acerca de estas fechas, y más o menos fue así:

Nunca olvides que aunque este es el último mes del año, debe ser el primero para tus metas personales”, aquella frase en su momento no hizo mucha reflexión en mí, pero, al pasar los años, tomó un sentido muy especial para un servidor.

Generalmente, la mayoría de la gente, cree y está convencida que el inicio de año –Enero- es el punto de inicio de nuevos valores, creencias, expectativas, costumbres, hábitos, y porque no decirlo, quizá un cambio radical del estilo de vida, sin embargo, la mayoría de las ocasiones, el fracaso es eminente a toda “buena voluntad de cambio”, y esto es por consecuencia directa de que no hay un proceso de concientización del cambio mismo.

Pareciera ser, que por arte de magia y de manera automática, a partir del primer día de enero del año en curso, las metas, propósitos y demás pensamientos positivos y buenos deseos se van a cumplir, por el solo hecho de estar en enero, y nada más.

Mis amigos y amigas, para que algo en nuestras vidas cambie, tenemos que trabajar con disciplina, constancia, amor y dedicación, no solo decirlo o desearlo. Toda voluntad de cambio, no se convierte en una acción hasta que existen los hechos correspondientes.

Pongo un ejemplo de ello, si yo quiero empezar a correr como rutina de ejercicio, lo primero que tendría que hacer, es empezar a dormirme temprano, para levantarme temprano y salir a caminar y trotar poco a poco, hasta lograr el nivel de ejercicio deseado, pero no empezaría a obtener ese maravilloso hábito del ejercicio en enero, sino empezar a motivarme y levantarme temprano en diciembre, ¡Qué loco! ¿Verdad?

Recordemos que toda acción de mejora, se empieza con la mente y con una acción repetida, hasta que ésta se vuelve un hábito, y para ello se necesita por lo menos de 15 a 20 días para tal caso. Esa es la razón de nuestros fracasos en la metas de inicio de año, no se deben de empezar en enero, sino por lo menos un mes antes, es decir en Diciembre.

Aprovechemos el fervor decembrino para nuevos comienzos y oportunidades, pero sobre todo para cumplirlos y abonar a la mejora integral que como seres humanos merecemos. ¡Gracias!

 

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