Gildas, es una mujer con síndrome de Down que desde los 20 años ha ayudado a sus padres con la preparación de pescado al horno
Por: Faviola Manjarrez
Estado de México.- La vida normal acaba cuando eres diferente a la mayoría de las personas que conoces, o al menos eso es lo que nos han dicho cuando vemos a alguien que tiene síndrome de Down. Sin embargo, esto no ha sido un impedimento para Gildas Alice López González, quien a la edad de 34 años vende pescado junto a sus padres y mantiene una vida plena.
Gildas una joven activa
Gildas, es una mujer con síndrome de Down que desde los 20 años, después de graduarse de la escuela “Centro de atención múltiple NO 01 y 02” ubicada en Toluca, ha ayudado a sus padres con la preparación de pescado al horno.
Su rutina comienza al medio día los días jueves, sábados y domingos para tener el pescado listo y poder cocinarlo en la madrugada de los días que vende en Temoaya, Ixtlahuaca y en el mercado de “Palmillas” ubicado en la carretera Toluca-Ixtlahuaca los días martes, viernes y domingo.
Si bien Gildas tiene algunos problemas en el habla, esto no ha sido un impedimento para poder comunicarse con las personas, ya que más que una desventaja, ha encontrado diferentes formas para poder comunicarse con las personas, acompañado de esto su personalidad extrovertida, ha sido una combinación perfecta al momento de vender, puesto que con su alegría.
Si bien comenzó a trabajar con sus papás a los 20 años, Gildas durante su adolescencia acompañaba algunos días a sus papás a los mercados a vender dulces y según palabras de su madre, Silvia González “Gildas es mejor conocida en el mercado por ser muy activa y platicadora”.
Para su familia, Gildas es una niña especial, pero muy inteligente y trabajadora, para la que su condición jamás fue un inconveniente para realizar las cosas que más ama, ya que desde niña siempre le ha gustado bailar cualquier tipo de música y es una apasionada por el fútbol.
En los lugares donde trabaja, es una persona a la que le gusta conocer personas nuevas por lo que siempre está recorriendo los pasillos y comunicándose con los demás vendedores que se encuentran ahí por lo que es muy difícil que se pierda, al igual que es muy querida por las personas a las que conoce.
Gildas es una mujer que es feliz a su manera y nunca se dejó de llevar por los malos comentarios que fueron dirigidos hacia ella, decidió convertir lo que muchos consideran una desventaja en una forma de vida en la cual se siente cómoda y no solo eso, sino que inspiró a varios jóvenes de su comunidad con la misma condición a continuar con su vida sin que su discapacidad fuera el centro de su vida y les impidiera tener una vida en la que se sintieran cómodos.