Es la sindicatura más multiétnica de México y de oportunidades de especialización en producción de hortalizas
Por: Juan Francisco Sotomayor
Villa Juárez Navolato es un pueblo de migrantes. Todos los que hoy viven ahí, en otro tiempo fueron de otra comunidad lejana, o son hijos o nietos de migrantes. Es la amistad de los nuevos habitantes la que hace sobrellevar el cambio debida.
La amistad entre trabajadores migrantes es un lazo que trasciende fronteras y adversidades. En tierras lejanas, donde el idioma, la cultura y las costumbres pueden sentirse como barreras insuperables, la amistad se convierte en un refugio, un puente hacia la esperanza.
Es la amistad lo que en esos momentos de soledad y sacrificio donde los compañeros de trabajo se transforman en una familia elegida, en una nueva comunidad.
Temporada hortícola, tiempo de amistades
Cada año, a partir del primero de septiembre van llegando a la sindicatura de Villa Juárez unos 25 mil migrantes, el momento más alto se da en diciembre. Su destino son los campos productores de hortalizas de esta región del valle de Culiacán y Navolato.
Es el centro multiétnico más significativo de México. Ahí se hablan unas 20 lenguas mexicanas, y todos coexisten con sus diferencias y similitudes, todos son migrantes.
Este flujo migratorio cíclico los ha constituido en mano de obra especializada en las labores más tecnificadas de la producción de hortalizas en México. Por eso son también trabajadores preferentes en migraciones a otros estados productores de hortalizas.
En cada temporada hortícola van compartiendo no solo el peso de las jornadas laborales, sino también los sueños, las nostalgias y las sonrisas que se construyen a partir de pequeñas victorias cotidianas.
- El valor de esta amistad radica en su autenticidad, en la comprensión mutua de las dificultades y en la solidaridad que nace del corazón.
- Cada gesto de apoyo, cada palabra de aliento, y cada mano extendida en momentos de necesidad, son recordatorios de que, a pesar de las distancias físicas de sus hogares, no están solos en su lucha.
Juntos han creado un hogar en este rincón de agricultores, alimentando la esperanza de un futuro mejor, no solo para ellos, sino para aquellos que dejaron atrás.
La amistad entre trabajadores migrantes es un testimonio del espíritu humano, de la capacidad de encontrar hermandad en medio de la adversidad, y de la fuerza que se encuentra en el amor y la lealtad que se brindan unos a otros.
Es un vínculo que no solo desafía las circunstancias difíciles, sino que también las transforma en oportunidades de crecimiento, resiliencia y, sobre todo, en un recordatorio constante de que la verdadera riqueza de la vida se encuentra en las personas que elegimos para caminar a nuestro lado.
Villa Juárez es una comunidad de migrantes. Su fortaleza es la amistad. Su distintivo la pasión por el trabajo. Su virtud la tolerancia y el amor a los migrantes.