Emanuel y su esposa Gloria Alicia comparten vida y profesión como veterinarios; ambos decidieron emprender durante la pandemia del Covid en el 2020
Por: Francisco Castro
En la colonia Felipe Ángeles, en Culiacán, un hombre de 28 años ha encontrado su forma de aportar al bienestar animal y al mismo tiempo sacar adelante a su familia.
Se trata de Emanuel Ulises Trujillo López, médico veterinario zootecnista, creador de La Jungla, una veterinaria que nació en los momentos más inciertos de la pandemia de COVID-19. Su historia es un testimonio de esfuerzo, pasión y amor por los animales.
Un sueño que floreció en tiempos de adversidad
En el 2020, mientras el mundo enfrentaba la incertidumbre de la pandemia, Emanuel decidió emprender junto a un amigo.
Con esfuerzo compartido, establecieron La Jungla en la avenida Hilario Medina, entre las calles Cruz Gálvez y Artículo 123, un lugar estratégico que se ha convertido en un referente para los amantes de los animales en la zona.
“Empezamos en plena temporada de COVID-19. Fue muy difícil, pero nunca dejamos de trabajar para sacar adelante el negocio”, comparte Emanuel para Tus Buenas Noticias.
Tres años después, su amigo decidió tomar otro rumbo y Emanuel se quedó al frente de la veterinaria. Desde entonces, él y su esposa, también veterinaria, han trabajado incansablemente para mantener el sueño vivo.
“Aunque la situación sigue siendo complicada, aquí seguimos, pagando cuentas y enfrentando los desafíos diarios”, comenta.
Un compromiso con la comunidad y la familia
Emanuel no solo es un profesional apasionado por su labor, también es un padre dedicado. Vive a dos cuadras de su negocio, lo que le permite a él y a su esposa Gloria Alicia Arredondo equilibrar su trabajo y su vida familiar.
“Tengo dos hijos: una niña de 5 años y un niño de 3. Vivimos cerca para poder llevarlos al kinder y estar siempre cerca de ellos”, explica.
La cercanía de su hogar y su negocio no solo le permite ser un padre presente, sino también estar disponible para sus clientes. Con horarios adaptados para garantizar su seguridad en una ciudad que enfrenta desafíos constantes, Emanuel ha encontrado un equilibrio entre la atención a su comunidad y las necesidades de su familia.
La Jungla abre de lunes a sábado de 10:30 a 18:30 horas, y los domingos atiende por la mañana. “Debido a la violencia, ajustamos los horarios para garantizar nuestra seguridad”, agrega.
Calidad sobre cantidad
La competencia en la zona no ha sido fácil para Emanuel. “Hay muchas clínicas veterinarias, y algunos abaratan el trabajo del médico. Es complicado, porque la gente a menudo prefiere lo más barato”, explica.
Sin embargo, La Jungla ha apostado por la calidad. “Vale más tener buenos clientes que muchos clientes. Aunque no vengan todos los días, valoran nuestro trabajo”, considera.
Esta apuesta por la calidad no es solo un lema, sino una filosofía que se refleja en cada consulta. La clínica se especializa en atender perros y gatos, pero también ha ganado reconocimiento por tratar especies exóticas como periquitos, hamsters, conejos y tortugas.
“Lo más común son los periquitos que suelen llegar con problemas respiratorios o de desnutrición. Es satisfactorio ayudarles a recuperarse”, dice Emanuel.
Para destacar sobre la competencia, Emanuel y su esposa han encontrado una forma de destacar: “Nos enfocamos en ofrecer un trato personalizado y una atención de calidad. Es importante que nuestros clientes sepan que sus mascotas están en buenas manos”, asegura.
El apoyo mutuo en pareja
Emanuel reconoce que el trabajo en equipo con su esposa ha sido fundamental para el éxito del emprendimiento. “Ella tiene mucho conocimiento sobre especies exóticas y me ayuda cuando se me presenta un caso complicado. Nos complementamos perfectamente”, comenta con una sonrisa.
Este vínculo no solo refuerza su relación personal, sino también profesional, haciendo de La Jungla un negocio familiar y cálido para sus clientes.
La colaboración de su esposa ha sido especialmente valiosa en casos desafiantes. “Cuando llega un animal en estado crítico, trabajamos juntos para determinar el mejor tratamiento. Su conocimiento y mi experiencia en la práctica clínica hacen un gran equipo”, agrega Emanuel.
Su pasión por el cuidado animal
El amor de Emanuel por los animales viene desde su infancia en el poblado de Tanques, donde creció rodeado de ganado y mascotas. “Siempre llegaba a casa con un perrito, aunque no lo permitieran. Los animales siempre han sido mi pasión”, recuerda.
Ese amor lo llevó a estudiar en la Facultad de Medicina Veterinaria, donde también conoció a su esposa. Desde su matrimonio en 2017, han trabajado juntos para construir su vida y su negocio. “Todo lo que tenemos lo hemos logrado con esfuerzo mutuo”, afirma.
Desafíos y esperanzas
La pandemia no fue el único obstáculo que Emanuel ha enfrentado. La inflación y la disminución de clientes también han afectado a La Jungla. “Antes teníamos una farmacia bien surtida, pero ahora manejamos menos medicamentos. A pesar de todo, seguimos adelante”, asegura.
Aun así, Emanuel mantiene viva la esperanza de que este nuevo año sea mejor. “Es triste ver tantos negocios cerrados, pero confiamos en que las cosas mejoren. Mientras tanto, seguimos aquí, trabajando y resistiendo”.
La recompensa del esfuerzo
Para Emanuel, lo más satisfactorio de su profesión es ver a un animal recuperarse. “Cuando un animal llega muy mal y logramos salvarlo, es una alegría indescriptible. También trato de ayudar a las personas de escasos recursos, porque para mí lo más importante es el bienestar del animal”, dice con humildad.
Esa dedicación no pasa desapercibida para sus clientes, quienes valoran no solo la atención profesional, sino también el compromiso emocional de Emanuel y su equipo.
“Hemos creado una relación de confianza con nuestra comunidad, y eso es invaluable”, asegura.
A pesar de los desafíos, Emanuel Ulises Trujillo López no pierde de vista su objetivo: brindar un servicio de calidad y hacer la diferencia en la vida de los animales y sus dueños.
Su historia es un ejemplo de cómo la determinación y el amor por lo que se hace pueden superar cualquier adversidad. Los animales domésticos son un agregado de la familia que dan satisfacciones. Emanuel y Gloria lo saben, juntos colaboran en el bienestar social.