En Culiacán Moisés Ortega Gaxiola, emprendedor de accesorios para celulares, ha demostrado que el pasado no define el futuro. Su historia es un ejemplo de cómo la perseverancia puede transformar vidas y abrir nuevos caminos
Por: Juan Madrigal
Culiacán, Sinaloa.- El mayor acto de valentía no es la ausencia de miedo, sino la capacidad de continuar luchando incluso cuando todo parece perdido. Esta es la esencia de Moisés Ortega Gaxiola, quien ha demostrado que la verdadera fuerza radica en la perseverancia y en nunca rendirse, a pesar de los obstáculos.
Para Moisés lo único imposible es dejar de intentarlo
Desde su niñez, Moisés encontró en el trabajo una fuente de satisfacción. Recuerda con nostalgia aquellos días en los que, en su infancia, vendía las populares donas de Don Porfirio en el sector 21 de Marzo, un primer contacto con el mundo de las ventas que nunca lo abandonó.
A lo largo de los años, Moisés se dedicó a varios emprendimientos que le trajeron éxitos y aprendizajes, pero un día, todo se vino abajo. En cuestión de poco tiempo, perdió todo lo que había logrado, lo que lo llevó por un camino oscuro lleno de adicciones.
La lucha interna de Moisés lo llevó a un profundo abismo, pero lo que parecía el fin, fue en realidad solo el inicio de su proceso de transformación. Después de diez meses en un centro de rehabilitación en Mazatlán, Moisés encontró la esperanza de una nueva vida.
En los últimos tres meses, ha logrado liberarse de las sustancias que lo ataban, demostrando que la recuperación es posible cuando se tiene la fuerza y la determinación para cambiar.
“Gracias a Dios sané. Poco a poco he logrado salir adelante, con amor propio y siempre con el pensamiento ganador”, expresó Moisés, quien se ha convertido en un símbolo de resiliencia.
Con una nueva perspectiva, Moisés decidió emprender un negocio que le permitiera combinar su pasión por la tecnología y su amor por el trabajo.
Invirtió sus ahorros en un triciclo usado, con el cual se ha lanzado a vender accesorios para celulares, bocinas y audífonos en los tianguis de la ciudad. “Lo importante es trabajar”, asegura con determinación.
Su negocio ha crecido, y hace poco decidió poner un punto de venta por las tardes sobre el bulevar San Ángel, frente a la escuela de Veterinaria de la UAS.
Moisés no se detiene: por las mañanas está en los mercados sobre ruedas y por las tardes en su punto de venta, siempre con el mismo propósito: avanzar.
El joven de 34 años tiene grandes proyectos en mente y está claro en su visión: el camino hacia el éxito pasa por la persistencia y la capacidad de adaptarse y evolucionar.
A pesar de las dificultades, Ortega Gaxiola nunca ha perdido su actitud ganadora. Con cada paso que da, se convierte en un ejemplo para todos aquellos que luchan por superar sus propios desafíos.
Moisés nos enseña, con su historia de vida, que cada caída es una oportunidad para levantarse con más fuerza. En su lucha incansable, ha descubierto que la verdadera victoria no está en alcanzar el éxito sin obstáculos, sino en enfrentarlos, aprender de ellos y seguir adelante sin perder la fe en uno mismo.
Hoy, Ortega Gaxiola es un testimonio de esperanza para todos aquellos que se sienten perdidos o derrotados. Su ejemplo es la prueba de que, a pesar de los momentos oscuros, siempre hay un camino hacia la luz.
Con trabajo, resiliencia y un corazón lleno de determinación, Moisés ha tomado el control de su vida, demostrando que, al final, lo único imposible es rendirse. Y así, con cada paso, continúa construyendo un futuro lleno de posibilidades, enseñándonos a todos que lo más importante no es nunca caer, sino siempre levantarse.