Javier Raúl Fernandez y su legado musical en Hidalgo

La influencia de Javier Raúl Fernández en la Banda Sinfónica Hidalgo

Por: Jacqueline Sánchez Osuna

Cuando Javier Raúl Fernández tenía solo diez años, tuvo que abandonar la escuela, ya que en su pueblo, Zimapán, Hidalgo, no se ofrecía educación más allá de cuarto grado de primaria.

A pesar de esta limitación, don Raúl Fernández destacó desde joven por su pasión por la música y hábitos de estudio que desarrolló en el mundo de las artes y la literatura, gracias a la guía de su padre y su hermana.

Don Raúl es recordado por mantener viva la música en un lugar de oportunidades limitadas, brindando apoyo a jóvenes de escasos recursos a salir del pueblo y continuar con su educación a través de su integración en la Banda Sinfónica del Estado de Hidalgo.

El éxito de la banda “el niño Elias Rosas”

"El Chino" Fernández empezó a dirigir la banda infantil "El Niño Elías Rosas", en 1957. Foto Cortesía.

Fue en 1957 cuando "El Chino" Fernández, quien dominaba la guitarra, el piano, el saxofón y, en ese momento, la batuta, comenzó a dirigir la banda infantil “El Niño Elías Rosas”. Su evento más importante fue una presentación frente a la presidencia municipal un 16 de septiembre.

Este éxito fue posible gracias a los esfuerzos previos de la comunidad, quienes, motivados por Don Raúl, organizaron una colecta para reparar los instrumentos en mal estado.

Este gran maestro y pilar de la comunidad, siempre tuvo su casa llena de niños, instruyendo individualmente el talento de cada uno, para más tarde reunirlos en la entrada de su hogar y crear melodías que alegraban a todos los vecinos.

El arte de trascender con la música

Don Raúl conoció al músico pachuqueño Gonzalo Domínguez Mejía, el primer hidalguense en dirigir la Banda Sinfónica de Hidalgo. Ambos comprendían la importancia de la educación, pero también eran conscientes de la escasez de recursos en las comunidades.

De esta forma, debido a la disolución de la banda, formaron una alianza en la que el maestro enviaba a jóvenes interesados en aprender más allá de la formación básica a la capital del estado, donde tocarían en la banda del maestro Domínguez.

Allí, como escribe su nieto Don Pedro M. Trujillo: 

“Los jóvenes lograron abrirse camino a través de la música”.

Sin embargo, los esfuerzos de Don Raúl por lograr que se reconociera el trabajo y el talento de los niños jamás cesaron.

Así fue que, en 1972, se le rindió un homenaje destacando el Premio al Mérito por sus 50 años de labor musical. La ceremonia, acompañada de un repertorio musical, fue financiada por el cariño y aprecio que el pueblo sentía hacia él.

En 1972 recibió el Premio al Mérito por sus 50 años de labor musical. Foto: Cortesía

Su legado es recordado con admiración por su familia, que celebra sus múltiples talentos, en su momento, abriendo las puertas a la música moderna, al jazz y a bailes como el bugui-bugui.

Actualmente, se puede apreciar una placa en la calle que lleva su nombre, un homenaje a un hombre que fue músico, emprendedor, relojero, impresor y funcionario municipal, siempre dispuesto a enseñar a quienes buscaban aprender.