Cristhian Ibarra, joven emprendedor que impulsa sus sueños de ser un ingeniero en Culiacán

Junto a su hermano Alex, Cristhian, de solo 20 años, vende snacks todas las noches para lograr su sueño de convertirse en ingeniero industrial

Por: Francisco Castro

En un mundo donde la perseverancia y la iniciativa personal marcan la diferencia, dos jóvenes de Culiacán han demostrado que el esfuerzo y la creatividad pueden abrir oportunidades inimaginables.

Cristhian Fernando Ibarra, de 20 años, y su hermano Alex, de 16, son el claro ejemplo de que con determinación y apoyo familiar se pueden superar desafíos y labrarse un camino propio hacia el éxito.

Cristhian y Alex Ibarra estudian por la mañana y atienden su emprendimiento por las tardes.

Un emprendimiento con propósito

Hace cuatro años, estos hermanos decidieron aventurarse en el mundo del emprendimiento con el objetivo de generar un ingreso que les permitiera continuar con sus estudios y solventar sus gastos personales.

Así nació Cheta’s Snacks, un pequeño negocio que comenzó vendiendo esquites y que, con el tiempo, ha ampliado su menú para incluir una variedad de antojitos como tostilocos, papas locas, cacahuatadas y fresas con crema.

La idea del negocio surgió de la necesidad y del deseo de salir adelante. Cristhian, hoy estudiante de Ingeniería Industrial en el Tecnológico de Culiacán, buscaba desde entonces una manera de contribuir económicamente a su educación.

Mientras que Alex, quien cursa el bachillerato en la preparatoria Flores Magón, también quería aprender sobre las ventas y aportar a la economía familiar.

Los desafíos del camino

El inicio no fue sencillo. Originalmente, el negocio se estableció junto al parque del fraccionamiento Canaco, rumbo al sector Humaya, pero debido a las regulaciones municipales, tuvieron que reubicarse. 

Lejos de desanimarse, buscaron una nueva ubicación y encontraron un espacio a orillas del bulevar José Limón, a la entrada de Canaco, frente al Infonavit Humaya.

Con el tiempo, han logrado acondicionar el lugar con un pequeño piso y un toldo, lo que les permite operar incluso en temporadas de lluvia o bajo el intenso sol del verano en Culiacán.

Uno de los mayores desafíos que enfrentan es la incertidumbre en las ventas. Como cualquier negocio, hay días buenos y días en los que las ganancias son menores. 

Sin embargo, su determinación les ha permitido mantenerse firmes, aprendiendo de cada obstáculo y mejorando su estrategia comercial.


El apoyo familiar, clave del éxito

Detrás de estos jóvenes emprendedores hay una familia que los respalda. Sus padres, Eddie Ibarra y Verónica Miranda, han sido un pilar fundamental en su desarrollo. 

Su padre, de profesión abogado y su madre ama de casa, han brindado a sus hijos el apoyo necesario para que su negocio prospere.

Cuando las cosas se han complicado, Eddie ha aportado recursos económicos para mantener el negocio a flote, mientras que Verónica ha estado presente con su apoyo incondicional, y así lo afirma Cristhian para Tus Buenas Noticias.

La elección de la ubicación del negocio también estuvo influenciada por la tranquilidad y seguridad de la zona.

Aunque viven en el fraccionamiento Los Ángeles, optaron por establecerse en un lugar donde se sintieran cómodos y pudieran enfocarse en ofrecer un servicio de calidad a sus clientes.

Horarios y compromiso

El compromiso con su negocio es evidente en su organización diaria. Cristhian estudia en el turno matutino, de 7:30 a 15:00 horas, y por las tardes se dedica completamente a Cheta’s Snacks.

Alex, por su parte, asiste a la preparatoria y también se encarga de atender el negocio en sus ratos libres. Sus horarios de atención son de 16:00 a 21:30 horas, tiempo en el que ambos se esmeran en ofrecer productos con calidez.

El crecimiento del negocio ha sido progresivo. Si bien iniciaron vendiendo solo esquites, poco a poco fueron ampliando su menú según las peticiones de los clientes. Hoy en día, sus opciones incluyen desde los clásicos tostilocos hasta creaciones propias como los volcanes y el trompo doble.

Planes a futuro

A pesar de su éxito, Cristhian tiene claro que su objetivo principal es culminar su carrera y ejercer como ingeniero industrial. Sin embargo, no planea abandonar el negocio, sino mantenerlo como un ingreso secundario que continúe generando estabilidad económica.

Por otro lado, Alex sigue explorando sus intereses académicos, pero ha encontrado en el emprendimiento una valiosa lección sobre responsabilidad, administración y trabajo en equipo. La experiencia adquirida con Cheta’s Snacks le será útil sin importar el camino profesional que decida seguir.

Un nombre con historia

El nombre del negocio tiene un origen peculiar. "Cheta" es un apodo de la infancia de Cristhian, derivado de "Chetato", como solía llamarlo su hermana menor al no poder pronunciar "Fernando", su segundo nombre.

Con el tiempo, el apodo se redujo a "Cheta", y al momento de crear su marca, decidieron agregar una "s" para hacerlo más comercial y atractivo: Cheta’s.

Inspiración para otros jóvenes

La historia de Cristhian y Alex es un testimonio de que el esfuerzo y la determinación pueden hacer la diferencia. 

En una sociedad donde los desafíos económicos pueden representar un obstáculo para muchos estudiantes, estos jóvenes han demostrado que, con iniciativa, disciplina y el apoyo adecuado, es posible salir adelante.

Su historia también resalta la importancia del trabajo en equipo y del respaldo familiar. Con el ejemplo de su padre como emprendedor y el apoyo constante de su madre, han logrado establecer un negocio que no solo les permite solventar sus gastos, también los motiva a seguir creciendo y aprendiendo.

Hoy, Cheta’s Snacks no es solo un punto de venta de antojitos, es también un reflejo de perseverancia, resiliencia y ganas de salir adelante.

La historia de estos hermanos es una inspiración para quienes buscan crear sus propias oportunidades y demostrar que, con esfuerzo, pasión y estudio, cualquier sueño es alcanzable.