Mariscos El Chino y su propietario han sido testigos del desarrollo urbano y económico de Los Ángeles, al nororiente de Culiacán
Por: Francisco Castro
A la entrada del fraccionamiento Los Ángeles, en Culiacán, se encuentra un negocio que ha resistido el paso del tiempo y los retos económicos: Mariscos El Chino. Su propietario, Efraín Matzumoto Angulo, con 56 años de edad y raíces japonesas, ha dedicado su vida a la tradición marisquera.
Con 18 años al frente de su establecimiento, Efraín ha sido testigo del crecimiento de la comunidad y de los desafíos que conlleva mantener un negocio familiar.
Un inicio marcado por la tradición
Criado por sus padres en Infonavit Humaya, Efraín creció alimentando su gusto por el mar y los mariscos. Desde niño, acompañaba a su padre y tíos en sus jornadas de pesca, aprendiendo el arte de la preparación del ceviche, el aguachile y otros platillos típicos.
Su pasión lo llevó a trabajar en diversas marisquerías de Culiacán y Tijuana, donde perfeccionó sus técnicas hasta que, hace casi dos décadas, decidió independizarse y abrir su propio negocio en un naciente fraccionamiento Los Ángeles.
"Yo fui el primer marisquero aquí en Los Ángeles", comenta con orgullo en entrevista para Tus Buenas Noticias.
Mariscos El Chino pronto se convirtió en punto de reunión para los trabajadores de la extinta Homex, que construían el fraccionamiento. La buena comida y la calidad de sus productos le aseguraron una clientela fiel desde el inicio.
Retos y adaptación en tiempos difíciles
Como muchos negocios locales, Mariscos El Chino ha enfrentado tiempos complicados. La creciente competencia y las dificultades económicas han reducido las ventas en los últimos años.
"Ahorita la venta está baja, hay mucha competencia", explica. Sin embargo, su espíritu trabajador lo mantiene firme: "Uno tiene que estar aquí todos los días, trabajando, no hay de otra".
Para adaptarse a los cambios del mercado, Efraín implementó el servicio a domicilio hace un año, con una tarifa accesible para clientes dentro del sector. Esta estrategia le ha permitido seguir operando a pesar de la disminución de comensales en el local.
Además, su esposa, Micaela Torres Valdez, le brinda apoyo los fines de semana, cuando las ventas suelen mejorar.
El sabor que mantiene viva la tradición
A pesar de los desafíos, Efraín se mantiene fiel a la calidad que lo ha caracterizado. Su menú está compuesto por una variedad de platillos de barra fría, como campechanas, ceviches y aguachiles, los favoritos de sus clientes. "Lo mío siempre ha sido la barra fría, es lo que mejor sé hacer", afirma.
Mariscos El Chino abre todos los días de 10 de la mañana a 6 de la tarde, ofreciendo un punto de encuentro para quienes buscan un sabor auténtico y una atención cercana.
"Lo importante es no rajarse. Hay días buenos, días malos, pero hay que seguir trabajando. No hay de otra", concluye.
Su historia es un testimonio de resiliencia y amor por la tradición marisquera, un legado que ha construido con sus propias manos y que espera seguir compartiendo con su comunidad por muchos años más. Su trabajo es una exquisitez en el sector Los Ángeles.