Nancy Espinoza y su Panadería La Loma: Tradición y sabor en cada bocado

Panadería La Loma mantiene viva la tradición del pan artesanal en Loma de Rodriguera, gracias al esfuerzo y pasión de Nancy Espinoza y su familia

Por: Francisco Castro

En el centro de Loma de Rodriguera, un delicioso aroma a pan recién horneado llena el aire desde tempranas horas de la mañana.

Es la Panadería La Loma, un negocio familiar dirigido por Nancy Espinoza y su esposo Héctor Montaño, un matrimonio que ha dedicado los últimos 12 años a mantener viva la tradición del pan artesanal.

Nancy Espinoza se encarga del amasado de la harina y elaboración del pan, además de atender a los clientes.

La historia de esta familia es una de esfuerzo, aprendizaje y amor por lo que hacen y por su comunidad. Nancy, con manos expertas, amasa y prepara el pan, mientras que Héctor se encarga del horneado.

Juntos, este matrimonio ha perfeccionado el arte de hacer pan tradicional de rancho, con rellenos de calabaza, piloncillo, cajeta y queso filadelfia, además del pan natural y los tradicionales coricos. Todo se elabora con harina normal y un toque especial que solo la experiencia y el cariño pueden aportar.

Un día en la panadería

El día para Nancy y Héctor comienza temprano. Desde las 5:30 o 6:00 de la mañana, ambos inician el proceso de amasado y horneado. Para las 9:00 de la mañana, las primeras carteras de pan ya están listas para la venta.

Durante el día, la panadería mantiene la atención a clientes hasta las 5:00 o 6:00 de la tarde, aunque en muchas ocasiones el pan se agota antes de las 3:00 de la tarde.

La panadería no solo es una fuente de ingresos, es también una extensión de su hogar. Ubicada justo al lado de su casa, el negocio se construyó con esfuerzo y dedicación.

De hecho, el horno en el que hornean el pan fue construido por Héctor, con la ayuda de un amigo. Nunca antes había construido uno, pero con determinación y aprendizaje, logró crear el corazón de la panadería.

Héctor Montaño ayuda a su esposa con el horneado del pan todas las mañanas.

Un negocio de familia

Panadería La Loma es un verdadero emprendimiento familiar. Nancy y Héctor llevan el peso del trabajo, pero cuentan con el apoyo de su hija, quien a sus 15 años, combina sus estudios de bachillerato con la ayuda en la panadería.

La pareja tiene cuatro hijos en total: tres varones de 30, 26 y 25 años, y su hija menor.

Además de ser panadero, Héctor también es ladrillero, un oficio artesanal que aprendió desde niño. Actualmente, aunque ya no se dedica a la fabricación de ladrillos, supervisa el trabajo y se encarga de la venta de la producción. 

Esto le permite estar presente en la panadería y apoyar a su esposa en la elaboración del pan.

La historia de Nancy y Héctor es una muestra de perseverancia y dedicación. Aprendieron juntos a hacer pan, a levantar un negocio y a consolidar un espacio donde la comunidad puede encontrar una tradición que se mantiene viva con cada pieza horneada.

Panadería La Loma es más que un negocio, es el resultado del esfuerzo de una familia que, con pasión y compromiso, ha logrado hacer del pan un símbolo de unión y trabajo en Loma de Rodriguera.