Te dejamos cinco calaveritas literarias para amigos de la escuela que puedes usar para tu tarea de Día de Muertos
Por: Hugo Mora
Una calaverita literaria son motivo de inspiración para recitarle alguna frase o poema a una persona, y estas llevan a la muerte entre sus prosa.
Una calavera literaria se refiere a todo aquello es dedicado a la escuela o el salón de clases, las cuales son dedicadas a los maestros, amigos y en general son cortas. Te presentamos cinco calaveritas que puedes tomar para inspiración para hacer la tuya.
Calaverita para un niño
No fue tu culpa, pobre pequeño el final no debía estar aquí,
tú pasabas como colibrí, y perdiste todos tus sueños.
Caíste por un error, por decisión de la muerte
que no tuvo la idea en mente de no causar nuestro dolor.
La Calaca se gozó en esa falta lamentable y te llevó,
niño amable, a su reino gris sin voz.
En la escuela andan diciendo
que la muerte se va a llevar
a los niños que no estudian al panteón a descansar
Abelardo
Abelardo salió de la escuela
Y cuando a su casa llegó
A la muerte en persona
En su cocina lo encontró
La muerte estaba cocinando
Un delicioso pastel de frensa
Para cuando entró el maestro
El pastel ya estaba en la mesa
Se pusieron los dos a comer
El pastel estaba caliente
Pero eso no les importó
Al maestro y a la Muerte
Brenda
Brenda es una chica fresa
y la muerte se ha enterada
La muerte ha decidido
invitarla a comer un helado
Ya van la muerte y Brenda
La muerte también es bien fresa
Las dos se creen mucho
Como si trajeran corona en la cabeza
Ojalá que a Brenda y a la muerte
Con el helado les dé diarrea
Para que Brenda tenga su lección
Y una chica fresa no sea
Adriana
Hola cómo estás Adriana
A una calaverita se escuchó decir
Adriana se asustó mucho
y solo alcanzó a mentir
Mis quehaceres estoy haciendo
Estoy muy ocupada ahorita
Vete por donde has venido
Mi querida y hermosa Calaverita.
Daniela
Daniela estaba en su cocina
Pensando en que iba a cocinar
Se dijo dentro de si misma
Una deliciosa gelatina voy a preparar
Puso manos a la obra
Y su gelatina terminó
La dejó que se enfriara
Y al refrigerador la metió
La muerte vino y ella no estaba
Mucha hambre ella traía
Se comió toda la gelatina
Al fin que nadie la veía
Cuando Daniela llegó
Un pedacito de gelatina quería
Y cual sería su gran sorpresa
Gelatina... ya no había.
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