Por: Annayancy Varas García
A nivel mundial, la trata de personas es uno de los problemas sociales con mayor impacto y que exige plantear soluciones colaborativas. En el más reciente Informe sobre trata de personas 2022. Hallazgos clave, editado por la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (unodc), destacan datos que ameritan ser evidenciados para combatir el fenómeno.
Según el reporte, “el número de víctimas detectadas desciende por primera vez en 20 años ya que la pandemia limita las oportunidades y potencialmente desplaza a la trata de personas hacia la clandestinidad, al mismo tiempo que restringe la capacidad de las autoridades de aplicación de la ley para combatir el delito”. Desafortunadamente se contó con menor capacidad institucional para identificar el tráfico de personas y los grupos criminales hicieron uso de lugares más ocultos, lo que imposibilitó la detección de víctimas. En términos numéricos, “el número de víctimas detectadas se redujo en 11 % respecto a 2019”.
Otro hallazgo habla de que “la guerra y los conflictos son terreno fértil para los tratantes”. Lo que significa que problemas bélicos como el de Rusia y Ucrania posibilitan que el desplazamiento sea una oportunidad para los traficantes de personas ante la vulnerabilidad en la que se encuentra la población.
Un hallazgo más se refiere a que “los niños y los hombres representan una mayor proporción de las víctimas detectadas a medida que surgen nuevas formas de explotación”. Según el reporte las víctimas de este sector aumentaron en un 3 % desde 2019 y que “durante la última década, se han detectado más hombres víctimas, tanto niños como adultos”.
En cuanto a la violencia ejercida por los grupos criminales, “las mujeres y la niñez sufren más violencia a manos de los tratantes. El análisis de los casos muestra que las mujeres son sometidas a violencia física o extrema a manos de tratantes en una proporción tres veces superior a la de los hombres, mientras que las niñas y los niños sufren violencia física o extrema casi dos veces más que los adultos”.
Un dato más señala que “la detección de víctimas de trata de personas con fines de explotación sexual se redujo en 24 % con respecto a 2019”. La posible causa de esta reducción apunta al cierre de espacios públicos donde suelen cometerse los delitos “o también pudo haberse desplazado a lugares menos visibles y menos seguros, lo que hizo que esta modalidad quede más oculta y sea más difícil de detectar”.
El combate a la trata de personas implica la colaboración tanto de instancias del sector público como del privado para identificar con mayor precisión la actuación de los grupos criminales y la recuperación de las víctimas. Pese a los esfuerzos de la comunidad mundial, todavía hay mucho por hacer en tanto este delito es en un alto porcentaje llevado a cabo por una delincuencia cada vez más estructurada, organizada y actualizada.
Para Early Institute es fundamental evidenciar las problemáticas que afectan a niñas, niños y adolescentes y así impulsar rutas de acción que faciliten su erradicación. La trata de personas es uno de los delitos que representa mayor riesgo para este grupo social, lo que nos obliga a actuar oportunamente y con la mayor responsabilidad antes de que el problema adquiera una dimensión irreversible.