Cada año miles de aves migratorias y tortugas marinas llegan a la costa de Playa Ceuta para reproducirse y anidar, lo que lo convierte en uno de los santuarios más importantes de México
Por: Raúl Durán
Entre los hermosos paraísos naturales de Sinaloa sin duda Playa Ceuta tiene un lugar especial, pues desde hace muchos años se ha mantenido como un santuario natural para las tortugas marinas y las aves migratorias que cada año llegan a esta pequeña bahía en busca de refugio.
A lo largo de más de 500 hectáreas en la costa del municipio de Elota se encuentra el santuario de Playa Ceuta, un complejo de lagunas, pantanos y manglares que juega un papel clave para la conservación de las especies, lo que llevó a este lugar a ser declarado como Santuaro Nacional en 1986, un nombramiento que fue reafirmado con un decreto en 2022.
La asociación civil Pronatura Noroeste, que se dedica a la conservación de la flora, fauna y los ecosistemas del noroeste de México, se encarga de realizar un monitoreo poblacional de las especies de aves migratorias que arriban a 17 humedales estratégicos, incluida Playa Ceuta.
Entre 2013 y 2017, los resultados del monitoreo en Playa Ceita confirmaron la llegada de unas 16 mil aves migratorias por temporada a la bahía sinaloense, entre las que figuran especies amenazas como el chorlito nevado (Charadrius nivosus), con 650 ejemplares en la temporada reproductiva, y una importante población de charrán mínimo (Sternula antillarum) con 2 mil 500 individuos.
Pero el santuario de Playa Ceuta tampoco sería lo que es sin la importante presencia de las torturas marinas que año con año llegan a la bahía para depositar sus huevos, los cuales se mantiene bajo cuidado y protección de Pronatura Noroeste para garantizar que las tortuguitas recién nacidas puedan llegar al mar a salvo.
De acuerdo con la organización dedicada a la conservación del medio ambiente, a la playa sinaloense acuden a anidar 3 de las 8 especies de tortugas marinas conocidas: la golfina o lora (Lepidochelys olivacea), la prieta (Chelonia mydas) y la laúd (Dermochelys coriacea).
La flora es otro rasgo a destacar de este refugio natural ubicado en Elota, ya que destacan varios tipos de manglares que ayudan a mantener en equilibrio el ecosistema, como el mangle botoncillo (Conocarpus erecta), el mangle rojo (Rhizophora mangle) y el mangle blanco (Laguncularia racemosa), que proveen refugio a peces, crustáceos, reptiles y aves, además de ayudar a proteger la línea de costa contra la fuerza del mar y la erosión.
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