Ivana Ortega, se convirtió en un símbolo de esperanza y acción comunitaria al liderar la limpieza de la Presa Madín en Atizapán, Estado de México
Por: Faviola Manjarrez
En 2019, Ivana Ortega, una joven de tan solo 12 años, se convirtió en un símbolo de esperanza y acción comunitaria al liderar la limpieza de la Presa Madín en Atizapán, Estado de México. Su historia es un testimonio de cómo una sola persona, sin importar su edad, puede marcar la diferencia en su comunidad local.
El Comienzo de una Iniciativa Ambiental
Ivana Ortega conocía a la presa Madín desde que era muy pequeña. Un día, al notar que la presa comenzaba a cubrirse de lirio acuático, decidió investigar y descubrió que esta planta estaba dañando el ecosistema local.
Motivada por su deseo de ayudar, Ivana decidió encargarse del problema. “Al principio no sabía qué era, pero después me informé y me di cuenta que estaba dañando al ecosistema”, comenta Ivana.
El camino no fue fácil. Ivana enfrentó varios desafíos, desde la falta de apoyo de sus amigos hasta la resistencia de las autoridades locales. “Mi familia me apoyó mucho, sobre todo mi mamá, pero de amigos la verdad es que no tanto, sobre todo por el comienzo de la pandemia”, recuerda Ivana. Sin embargo, su determinación y el apoyo de su comunidad la ayudaron a superar estos obstáculos.
A través de una petición en Change.org, Ivana logró recaudar más de 19,000 firmas, lo que atrajo la atención de organizaciones y autoridades que finalmente se unieron a la causa.
Reconocimientos e Impacto de su labor
La acción de Ivana tuvo un impacto positivo tanto en la comunidad local como en el medio ambiente. “Localmente fue bueno ya que tuvimos mucha cooperación por parte de la comunidad, y del medio ambiente ahorita sigue el problema de las descargas en el Madín pero por lo menos ya no hay lirio”, explica Ivana. Su labor no pasó desapercibida y fue reconocida con varios premios, incluyendo el Premio Estatal de la Juventud 2021 y el 2020 International Young Eco-Hero Awards.
A pesar de su éxito, Ivana decidió tomarse un descanso de las actividades ambientales debido al estrés y la atención mediática que recibió a tan temprana edad. “Fue mucho estrés para mí porque era decir lo mismo en cada entrevista y se volvió muy repetitivo, además de que me sentía presionada por muchas personas”, confiesa Ivana. Sin embargo, ella sigue siendo una fuente de inspiración para muchos jóvenes. Su consejo para aquellos que quieren hacer una diferencia en sus comunidades es claro: “Busquen un problema local para ayudar al ecosistema y busquen el apoyo de su familia o amigos, y si no, de las redes sociales”.
Ivana Ortega es testimonio de cómo la juventud puede liderar el cambio y tener un impacto importante en el mundo. Su historia nos recuerda que, con determinación y apoyo, cualquier persona puede contribuir a la protección del medio ambiente y al bienestar de su comunidad.