A lo largo de los años, la Torre Latinoamericana se ha convertido en un símbolo de la resiliencia mexicana ante situaciones difíciles
Por: Faviola Manjarrez
La Torre Latinoamericana fue inaugurada el 30 de abril de 1956. Es uno de los edificios más emblemáticos de la Ciudad de México. Cuenta con 44 pisos y un total de 182 metros, tiene un diseño antiguo y arquitectónico por su diseño y avanzada tecnología.
Era la estructura más alta de América Latina hasta este momento y es ahora conocida por su capacidad para resistir terremotos, habiendo sobrevivido incluso después de los terremotos de 1985 y 2017 sin que su estructura fuera dañada de gravedad. Esto fue posible gracias a un avanzado sistema a prueba de sismos, una innovación crucial en el diseño que crea un modelo de ingeniería moderno.
Quién construyó la Torre Latinoamericana
La construcción de la torre fue encabezada por Leonardo Zeevaert como ingeniero y Augusto H. Álvarez como arquitecto. Fue construida sobre el terreno de una compañía de seguros llamada La Latinoamericana, de ahí el nombre. Por ser diseñada sobre lo que era una antigua ciudad llena de lagos, Tenochtitlán, se requirió de mentes llenas de innovación para poder crear una cimentación que se adaptara al suelo y a sus movimientos. Esto permitió y sigue permitiéndole a la torre resistir sismos de gran magnitud.
La construcción de la torre representó un nuevo panorama en la arquitectura esencial para una ciudad con actividad sísmica. Su estructura de acero y vidrio marcó el uso de nuevos materiales en las construcciones del país, y su diseño buscó conectar la modernidad y la funcionalidad. Con su gran altura e historia, la torre no solo se convirtió en el símbolo del crecimiento de la ciudad, sino también en un ícono visual del atractivo de la capital del país y la expresión de resistencia del mexicano.
A lo largo de los años, la Torre Latinoamericana se ha convertido en un símbolo de la resiliencia mexicana ante situaciones difíciles. Después de sobrevivir a múltiples terremotos, especialmente los de 1957, 1985 y 2017, ha ido creando un simbolismo de resistencia y seguridad estructural en la arquitectura y en el imaginario mexicano.
En 1985, la Torre Latinoamericana se mantuvo en pie, lo que reforzó ésta reputación y la consolidó como un ejemplo de ingeniería sísmica, muy importante en la Ciudad de México.
Además de su historia como un ejemplo a seguir de la ingeniería mexicana, la Torre Latinoamericana es también un importante centro turístico que no se puede dejar de visitar si estás de visita en la capital. En el piso 44, se encuentra el mirador, que ofrece vistas panorámicas de la Ciudad de México, atrayendo a visitantes nacionales e internacionales.
Dentro del edificio también se pueden encontrar museos, restaurantes y oficinas, convirtiéndose en un punto de interés tanto cultural como arquitectónico.