¡Viajemos al pasado! La Lomita, uno de los lugares más icónicos de Culiacán, lucía muy distinta décadas atrás
Por: Raúl Durán
Entre la gran variedad de lugares en Culiacán, uno de los más icónicos sin duda es la Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, mejor conocida como La Lomita, visitada por cientos de personas durante el año por su belleza e inigualable vista.
Además de ser un lugar de culto para la comunidad católica por su iglesia y su imponente cruz, La Lomita es un lugar frecuentado por familias y amigos por su mirador que ofrece una vista majestuosa a todo Culiacán, pero ¿te has preguntado cómo lucía recién construida?
La Lomita en el pasado
Aunque el templo de La Lomita fue fundado en 1967, desde 1909 había una estructura que se alzaba como una ermita en la cima de la loma que terminaba en la calle principal de Culiacán, incluso antes de que estuviera pavimentada.
La necesidad de modernizar la estructura de La Lomita surgió desde 1945, ya que se volvió tradición entre los fieles acudir al sitio para celebrar el 12 de diciembre, Día de la Virgen de Guadalupe, con romerías, mandas y los disfraces de "Inditos" de los niños.
Otro rasgo que ha caracterizado a La Lomita es su legendaria escalinata de 144 escalones, la cual fue mandada a construir en 1913 por el entonces gobernador de Sinaloa, el general Ramón Fuentes Iturbe.
Algunas versiones afirman que el mandatario mandó levantar las escaleras por una manda religiosa, mientras que otros indican que fue en agradecimiento por una victoria militar o hasta por amor a su prometida, con quien se casó en la ermita con el presidente Venustiano Carranza como testigo.
A través de redes sociales, algunas personas han compartido fotos antiguas de cómo lucía La Lomita por dentro. Tal es el caso de Jorge Guillermo Inzunza, quien en el grupo de Facebook "Culiacán del pasado" reveló una fotografía de La Lomita de hace más de 70 años, cuando asistió a una boda como paje.
En la actualidad, el templo de La Lomita luce muy distinto a como se observa en las fotografías antiguas de Culiacán, pues se alza como una estructura paraboloide hiperbólica con una capacidad para mil personas, muy distinta a la pequeña iglesia que se fundó décadas atrás.
El imponente templo ahora cuenta con tres entradas y una llamativa decoración de cinco grandes vitrales donde resaltan distintos pasajes sobre la Virgen de Guadalupe, y se trata de un sitio muy visitado por fieles que acuden a misa y familias que buscan disfrutar del mirador.