Desde su ubicación en el Periférico Revolución es testigo del ir y venir de los navolatenses.
Por: Jacqueline Sánchez Osuna
Cada mañana, la Central Camionera de Navolato se convierte en el centro de una pequeña ciudad en movimiento.
Ubicada en la colonia Las Vegas del Río, en el Periférico Revolución, esta terminal recibe a pasajeros que esperan con sus maletas y mochilas, listos para abordar el próximo autobús.
Rutas que unen sentimientos
Desde aquí parten rutas hacia destinos cercanos como Culiacán y otras comunidades, permitiendo a los viajeros conectarse con sus familias, trabajos y lugares de origen en una travesía continua.
En las taquillas, los boletos cambian de manos mientras el sonido de las impresoras y el tintineo de monedas se mezclan con las voces de los pasajeros y el murmullo que caracteriza a cualquier terminal de autobuses.
La terminal de Navolato
Los viajeros, algunos con prisa y otros con calma, pasan por los puestos de comida que ofrecen desde empanadas hasta tamales calientes, un refugio delicioso antes de partir.
Más allá, un pequeño puesto de revistas y periódicos ofrece entretenimiento para el trayecto y un vistazo a las noticias del día, un recordatorio del mundo en movimiento más allá de Navolato.
Antes de la inauguración de esta terminal, los autobuses se detenían en diferentes puntos del centro de Navolato, un sistema improvisado que causaba complicaciones tanto para pasajeros como para el tráfico local.
Con la construcción de la central, Navolato ganó un espacio organizado y funcional, donde las rutas convergen y los habitantes pueden viajar con mayor facilidad hacia sus destinos.
A lo largo de los años, la central ha reunido historias de despedidas y reencuentros, de estudiantes que parten diariamente a buscar un futuro educativo y trabajadores que regresan al finalizar cada día.
Al unir a las comunidades y acortar las distancias, se convierte en el punto de partida para cada historia que lleva un pedazo de Navolato a lo largo de sus rutas.