Por: Juan Francisco Sotomayor
Con entrenamiento constante, a sus 10 años tiene bien claras sus metas para estar en los mejores equipos de futbol
Juan Carlos Quiñonez Moreno es un niño ordinario, a sus 10 años va a la escuela primaria como todos los demás, pero tiene algo que lo puede llevar a ser grande. Tiene disciplina y un objetivo claro, quiere ser futbolista profesional.
No es un deseo fantasioso, como suelen darse a esa edad. Es un deseo con propósito que acompaña de mucho entrenamiento cada semana. Desde pequeño ha puesto los ojos en las mejores jugadas que tienen los futbolistas internacionales, intenta a toda costa repetir sus movimientos para anotar goles.
Tenía cuatro años cuando su papá Juan Carlos Quiñonez lo llevaba de acompañante a los juegos de futbol en Villa Juárez, donde juega y después del trabajo se desempeña como entrenador de equipos juveniles e infantiles. Ver lo que para otros era diversión lo motivó a pedirle a su papá que también jugara con él. “Iba yo con mi papá, venía a la chancha, porque él jugaba y le dije que yo también quería jugar”, cuenta con entusiasmo.
Lee también: Nancy Peña pone en la cancha de juego a 1,200 hijos de jornalerosDesde entonces el entretenimiento fue cobrando sentido para “Juancarlitos”, como le dicen en su casa. Y a base de pura dedicación al juego, para cuando estaba en segundo de primaria ya estaba dominando las técnicas elementales que lo hicieron sobresaliente en el deporte a su corta edad.
Platica con entusiasmo que sus primeros juegos en equipos infantiles los hizo en las canchas de Villa Juárez, y de ahí salía a jugar a la ciudad de Culiacán. “Luego me invitaron a jugar con el equipo que se llama Pachuca Tuneros de Navolato, me vieron y ya fui a entrenar con ellos, ahí ya tengo como un año”.
Su desempeño futbolístico con el Pachuca Tuneros de Navolato no ha pasado desapercibido, Juan Carlos Quiñonez, el Jr. ha sido seleccionado para competiciones mayores.
Lee también: Raúl Enrique, el niño que sueña con ser futbolista profesional“Y de ahí empecé, y me llamaron de un equipo de Mazatlán para jugar con ellos en una copa llamada Copa Mazatlán, Me invitaron y ya he ido a jugar 3 veces, 2 con Pachuca Mazatlán y una con Ciffut”, afirma con optimismo contando sus logros.
El pasado mes de febrero, personal del equipo de profesional del Club América visitó la sindicatura de Villa Juárez para hacer un “visoreo” de los niños futbolistas, sabiendo que en este lugar el futbol es una afición que puede resultar en un semillero de profesionales.
En Villa Juárez Juan Carlos Quiñonez juega con el Club Tony FZ, en esta oportunidad decenas de niños se enlistaron para jugar y ser estudiados en la cancha, con la esperanza de ser seleccionados para ir a una segunda ronda a la ciudad de México. Al final del trabajo de los valuadores sólo fueron seleccionados 3 niños: Sebastián Córdova de Villa Juárez, Raúl Enrique Valenzuela de El Sanjón, y Juan Carlos Quiñonez.
Apenas les dieron el resultado y no cabían de emoción. Los siguientes días fueron de duro entrenamiento, y en marzo tomaron un vuelo para llegar a la Ciudad de México y jugar en la misma cancha del equipo del América. Nunca antes el olor al éxito había estado más cerca de la cancha soñada. En plena pandemia, vestidos de blanco, con un mar de nervios hicieron lo que hacen los niños, jugaron y se divirtieron.
“Para el “visoreo vinieron a esta cancha, vino un visor llamado Maturín, aquí jugamos y eligieron a niños para ir a la Ciudad de México. Fuimos dos niños de aquí y Raúl Enrique de Sataya.
Mi experiencia fue jugar con más compañeros de allá de muchas ciudades de Sonora, de Ensenada, de por allá. No quedamos, pero nos venimos con buen sabor de boca”, afirma con mucha madurez. Estas experiencias lo vuelven más fuerte.
Cada mañana Juancarlitos se levanta con la idea de ir a la escuela y cumplir con sus obligaciones de casa. Sabe que eso es lo más importante, y después ir a la concha de futbol donde empieza la diversión. Se le preguntó si ha pensado qué carrera estudiará cuando sea grande, y aún no le queda claro. De lo que sí está seguro es que mientras seguirá en el futbol. Lo que le gusta.
“El futbol para mí es un deporte muy bonito, muy hermoso que te lleva mucha experiencia, conoces muchos amigos, viajas, y por lo demás es muy hermoso el futbol. Yo quiero llegar a ser futbolista profesional”.
Se declara americanista, igual que su papá. Le encanta el entrenamiento porque por más rudo que parezca, para Juan Carlos es pura diversión.
“Nos divertimos, jugamos, nos ponen a hacer cosas divertidas. Primero empezamos a correr, después nos ponen ejercicios y al último nos ponen en “careadas”. Lo que más me gusta es conocer amigos, viajar, nuevas experiencias”, afirma mientras sostiene el balón de futbol.
Ahí en el Club Tony FZ de Villa Juárez se desbordan sus alegrías, se mueve en toda la cancha. Todo le gusta de ese deporte, pero tiene una posición preferida: “Me gusta por la banda derecha y contención, porque ahí me siento mejor que en otras posiciones. Ahí agarro la pelota, toco y tiro a gol, se la paso a mis compañeros porque jugamos en equipo”.
UN MENSAJE PARA LOS NIÑOS DE VILLA JUÁREZ
“A los demás niños, que no tienen la oportunidad de jugar, que le echen ganas, que le sigan echando ganas y que no le aflojen, porque van a tener oportunidades, así como yo o Raúl y otros niños que han tenido. Que se pongan a estudiar, que saquen buenas calificaciones, que hagan la tarea, que hagan caso”.
SIGNIFICADO DE FUTBOL
“Para mí el futbol significa un deporte muy bonito. Juego, me divierto, he ido a viajar a ciudades, a jugar, a Culiacán, Chihuahua, México, Mazatlán, y ahorita estoy por ir a una “visoría” con las Chivas. Es el deporte más bonito que agarra amigos y muchas experiencias”.
MAMÁ Y PAPÁ
“Mi papá es futbolista y me cuida mucho. Mi mamá me acompaña a viajes que salgo porque mi papá no puede por el trabajo. Ella me acompaña en los viajes”.
LOS NIÑOS EN EL FUTBOL
“Los jugadores son compañeros, son niños que van a llegar a ser algo, que van a tener muchos amigos y van a viajar a partes, así como la he tenido yo”.
Juan Carlos Quiñonez Moreno quiere ser futbolista profesional, no cesa en ese empeño. Su dedicación, su disciplina y su interés por la escuela son el mejor camino para lograrlo. En Villa Juárez los niños saben de metas y buenos ideales.