Su bici es su medio de transporte desparramando el pan casero en las colonias de Villa Juárez.
Por: Juan Francisco Sotomayor
Villa Juárez, Navolato, Sin.- Don Samuel Gastélum ya dedicó toda su vida a trabajar en los campos, pero ahora de grande ha cambiado de giro. Pedaleando una bicicleta recorre las colonias de Villa Juárez vendiendo los panes con el sabor de Mocorito.
Desde los tiempos de su juventud llegó a Villa Juárez, cuando todavía el poblado era conocido como Campo Gobierno. Dejó su pueblo El Zapote de los Moya en tiempos de su juventud para trabajar en los campos legumbreros del valle de Culiacán, donde había trabajo casi todo el año.
Ahora que ya no puede tomar jornadas de trabajo tan duras en el campo, se ha puesto de acuerdo con su esposa para hacer el rico pan ranchero, como el que se come en los pueblos de Mocorito. Su esposa se afana en el amasado y horneado, y él en la venta.
Hacen el llamado pan de mujer, con piloncillo, pan con cajeta y con calabaza, son los que más se venden, aunque tiene otras variantes. Ya tiene bien definidas las calles y los sectores donde venderá el pan, pues tiene clientes muy selectos.
Para su trabajo de venta ha equipado una bicicleta que atrás trae una estructura metálica, que hace las veces de parrilla, donde coloca una hielera higiénica para el resguardo de los panes. Al frente la bici está equipada con un canasto donde trae el rollo de bolsas de plástico para despachar los panes. Trae un timbre en el manubrio, y ahí junto una varilla metálica enfundada, la misma que desenvaina para defenderse cuando lo atacan los perros.
Don Samuel Gastélum afirma que su esposa y él decidieron vivir en Villa Juárez porque les pareció un pueblo muy tranquilo donde no falta el trabajo. Se siente contento vendiendo sus panes, “porque a la gente le gustan mucho y con eso me gano la vida. A esta edad tener trabajo es una bendición”, dice mientras avanza para ir a atender a sus clientes.
Para él “todos los días son buenos, porque la gente siempre tiene antojo de pan”. En su casa desde muy temprano empieza el amasado, con el fragante aroma los vecinos son los primeros en enterarse que ha salido el pan del horno, y para las 10 de la mañana, Don Samuel ya anda en las calles ofreciendo su rico pan.
Con el ánimo siempre arriba, Don Samuel Gastélum va montado en su equipada bicicleta llevando el antojo del rico pan con el sabor de Mocorito. Ni el calor ni el lodo le quitan las ganas de trabajar. Encara con éxito el dicho que dice: La vida es como una bicicleta, si dejas de pedalear te caes.
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