Las nuevas necesidades empresariales, creadas por las actuales relaciones empresa-persona-naturaleza, así como nuestra relación con el trabajo, demandan una evolución en la mentalidad empresarial, profesional y de las universidades
Por: Francisco Cuamea
Somos parte de una generación que protagoniza el cambio. El mundo ya es otro, y este cambio llegará a tu ciudad tarde o temprano.
Por supuesto, también el mundo empresarial enfrentará este salto de paradigma y su adaptación será necesaria para garantizar su permanencia.
Por un lado tenemos que, cada vez más, penetra la idea del capitalismo social, es decir, el modelo económico que busca un equilibrio entre la búsqueda de beneficios económicos y la responsabilidad con el entorno.
A diferencia del capitalismo tradicional, centrado en la maximización de las ganancias a corto plazo, el capitalismo social busca crear valor a largo plazo para todos los actores involucrados, tanto para accionistas, empleados y proveedores, como para comunidades locales y medio ambiente.
Y en la otra mano, surgen nuevas necesidades en la economía, creadas por las actuales relaciones empresa-persona-naturaleza y los avances tecnológicos que disrumpen en el mundo de los procesos y nuestra relación con el trabajo.
La agenda de los Objetivos de Desarrollo Sostenible lo sintetiza, por ejemplo, en los objetivos 8, Trabajo Digno y Crecimiento Económico, y 12 Producción y Consumo Responsables
Ello requerirá ese cambio de paradigma empresarial, como aquel llamado economía basada en habilidades.
Empresas: conocerse a sí mismas
Udemy es una plataforma de aprendizaje en línea creada en 2010. A la fecha, asegura contar con 44 millones de estudiantes, 65 mil instructores y 183 mil cursos.
También analiza los datos recopilados para comprender las tendencias del mundo laboral. Con esos números seguro tiene mucha información.
Así, presenta el Informe global de tendencias de aprendizaje y habilidades 2024, en el cual hace un llamado a la reconfiguración de las empresas y plantea la idea de la economía basada en habilidades.
“Un solo factor podría determinar definitivamente si una empresa puede ejecutar su estrategia comercial y cumplir sus objetivos: habilidades”, dice Udemy al iniciar el reporte.
Para comprender esta tendencia recordemos a su contrario: el enfoque basado en el cargo, centrado en tareas y responsabilidades específicas del puesto, en lugar de las habilidades y capacidades de la persona.
Aquí se “diseña” el puesto. Se redactan sus funciones y se describen las características que debe cumplir la candidata o candidato. Se da prioridad a la experiencia previa en el cargo, en lugar de las habilidades generales o transferibles de la persona.
Es decir, hoy se busca que una persona encaje en el puesto y sepa moverse en él. Mañana lo importante serán las aportaciones que la persona y sus habilidades puedan ofrecer a la empresa.
Udemy, por ejemplo, describe así la evolución de una empresa.
- Pasa del “Necesitamos personas que puedan cubrir estos empleos” al “Necesitamos personas que tengan estas habilidades”.
- De la jerarquía vertical rígida a la fluidez organizacional con base en proyectos, grupos de trabajo y el aprovechamiento de habilidades.
- La tecnología y falta de candidatos “calificados” ya nos son barreras sino éstas son las inercias organizacionales.
¿Y cuáles son las habilidades del futuro?
Así como las empresas están cambiando de paradigma, el desarrollo profesional también vive su transformación, lo que a su vez tendrá que obligar a las universidades a modernizarse.
“El impacto de la tecnología en la dinámica laboral es evidente, como pone de relieve el informe El futuro del empleo 2023, del Foro Económico Mundial, según el cual se espera que la automatización y la inteligencia artificial (IA) crearán 12 millones de puestos de trabajo más de los que desplazarán en todo el mundo de aquí a 2025”, escriben Hashim Alsharif Alzaabi y Christian Gemayel de la consultora The Fifth Element.
“Sin embargo, también subraya la necesidad de un cambio de paradigma en la forma en que los individuos abordan el desarrollo profesional, ya que surge una clara necesidad de una mano de obra altamente adaptable y con las competencias que exigen las nuevas funciones”.
Entre las habilidades que prevé el Foro Económico Mundial que serán las más solicitadas, apreciará usted, que se tratan de las llamadas “habilidades suaves”, es decir, aquellas estrechamente vinculadas con la “interioridad” de la persona.
Algunas de ellas son, por ejemplo, pensamiento analítico; pensamiento creativo; resiliencia y flexibilidad; motivación y conciencia, así como curiosidad y aprendizaje permanente.
Lo recomendable es que las empresas hagan su ejercicio de autocrítica, primero, sobre su impacto en las personas, tanto de dentro como de fuera, así como en su entorno natural.
Luego realicen un inventario de habilidades de las personas con las que trabajan y analicen si las hacen competitivas en las nuevas circunstancias para, entonces, acortar las brechas por medio del entrenamiento.
Y finalmente, que pierdan el miedo para convertirse en empresas innovadoras y que sus líderes guíen desde el frente de batalla, como Udemy sugiere.
La autocrítica siempre será el primer paso para acceder al aprendizaje, a la adaptación y, entonces, a la permanencia.