Si tendremos un reto más democrático que elegir una presidenta el 2 de junio, y que demande disposición al diálogo plural, es esta grave, pero muy grave crisis hídrica
Por: Francisco Cuamea
Sí, tenemos varios temas pendientes: seguridad, economía, salud, desarrollo urbano, educación… pero hay uno que si no resolvemos comprometeremos nuestra viabilidad como sociedad: el agua.
Para ser precisos, tenemos que dar respuesta sostenible a la disponibilidad de agua. La actual escasez se deriva de una interrelación entre el calentamiento atmosférico, la disminución de lluvias y la debilidad de las cuencas para absorber el recurso con el derroche humano.
Gastamos agua de las presas a mayor velocidad de la que necesitan para reponerse (eso es el estrés hídrico).
Nada más un ejemplo. El viernes 3 de mayo, estando al 12 por ciento de su capacidad, las presas sinaloenses obtuvieron una aportación de agua de 1.3 milímetros cúbicos por segundo, pero le extrajimos 50.4. Es decir, le sacamos 38 veces más agua de lo que los embalses recibieron.
Por ello, para impulsar en la agenda pública la discusión sobre la crisis hídrica y promover soluciones basadas en la naturaleza dentro de los marcos legales y sociales, la organización civil Conselva lanzó el viernes la serie periodística #EmergenciaAgua.
Ya sabemos que estamos en sequía, pero el diagnóstico de Conselva va más allá. La abundancia terminó, tenemos que recurrir a la innovación y a la visión de largo plazo para garantizar la viabilidad social, ambiental y económica de Sinaloa.
¿Podrá más la necedad?
En entrevista con Noticiero Noroeste del 3 de mayo, la Secretaria de Bienestar y Desarrollo Sustentable de Sinaloa, María Inés Pérez Corral, dijo que las presas de Sinaloa tienen agua de consumo humano para los próximos cinco años.
¿Es mucho, poquito o más o menos para la demanda de 3 millones de habitantes más sus visitas, como en Mazatlán? No lo explica.
¿Consideran la disminución de lluvias que todos los escenarios climáticos prevén? ¿Cuántos litros perderemos por la evaporación provocada por el calor?
La crisis por la escasez del agua exigirá la humildad y responsabilidad de todas y todos. Ni el gobierno lo sabe todo, ni la sociedad civil lo puede todo, ni las empresas y productores agropecuarios merecen todo.
Si tendremos un reto más democrático que elegir una presidenta el 2 de junio, y que demande disposición al diálogo plural, es esta grave crisis hídrica.
Conselva presenta una serie con propuestas sostenibles
Los gobiernos estatal y federal tiene 10 años o más llevando pipas a comunidades impactadas por la escasez de agua, pero la sequía ha empeorado en este periodo. Y construyen presas y represas cuando todas las proyecciones científicas arrojan disminución de precipitaciones si seguimos con las altas emisiones de carbono.
De acuerdo con el análisis de Conselva, las sequías son hoy más frecuentes, de mayor duración, magnitud y extensión.
“Un análisis comparativo propio entre el 15 de abril de 2015 y el de 2024, con datos del Servicio Meteorológico Nacional muestran que hace 10 años, sólo el 40 por ciento del Estado se encontraba en situación anormalmente seca, la de menor gravedad en la escala de la sequía. El alcance del estiaje entonces cubrió sólo la quinta parte del territorio sinaloense con 4 municipios: Badiraguato, Culiacán, Mocorito y Navolato”, explica.
“En este 2024, la sequía se amplió a todos los municipios colocando al 100 por ciento del Estado en situación de emergencia, pues está bajo condiciones de sequía excepcional o extrema… las de mayor gravedad que encienden las luces rojas”.
Con estas tendencias no habrá pipas que alcancen y las represas serán sólo vacías planchas de concreto.
El enfoque debe buscar la generación respuestas duraderas, de fondo y con visión de largo plazo.
Para ello, Conselva ha generado la propuesta de Agenda Hídrica para Sinaloa, basada en años de experimentación científica y validación social.
La organización civil plantea desarrollar con urgencia un programa con cuatro objetivos estratégicos para que el agua alcance hoy y en el futuro.
- Proteger y restaurar las cuencas que son el origen del agua y otros servicios ambientales.
- Incrementar la eficiencia en el uso de agua agropecuario
- Administrar de manera eficiente el agua en las ciudades.
- Implementar mecanismos financieros que involucren a usuarios y gobiernos.
Y añade: “Para que el agua alcance es necesario actuar de inmediato. La seguridad hídrica requiere una agenda integral con gobierno, empresas y ciudadanos”.
Vivimos en una sociedad polarizada, es cierto. También es real que hay otras crisis, como las políticas. Pero, de verdad, ¿es más importante el conflicto de la UAS con el Gobierno de Sinaloa que las crisis por la escasez de agua?
Necesitamos hablar del agua, pero ya.